ECONOMÍA

La crisis del covid deja el peor agosto turístico en Ourense desde el 2003

La pandemia también pasa factura a las pernoctaciones, aunque se mantiene la estancia media

El impacto del covid en el turismo ya es medible en términos de viajeros y pernoctaciones. En el caso de Ourense, que se consideraba un destino emergente en los últimos años, agosto ha sido el peor desde el 2003 en cuanto a número de viajeros y desde el 2013 en cuanto a pernoctaciones. El Instituto Nacional de Estadística (INE) certifica que en el mes con más movimientos del año se hospedaron en los hoteles de la provincia 30.982 viajeros, un brusco descenso sobre los 45.036 del mismo mes del año anterior. Sin duda, las consecuencias de la pandemia están detrás de esas cifras. Tanto como que para encontrar un agosto similar hay que remontarse a los 30.031 viajeros registrados en el 2003.

Sin embargo, en cuanto a las pernoctaciones, los datos tienen un perfil menos cruento. Hace un mes se contabilizaron 63.227 en la provincia, también lejos de los 92.197 de agosto del pasado año, que permitió batir todos los registros anteriores. Un mes similar al de este año fue el del 2013, con 62.954 pernoctaciones.

La llegada de turistas extranjeros a la provincia ha sido siempre escasa, pero en agosto se ha desplomado por las recomendaciones emitidas desde varios países de no viajar a España. El INE certifica 2.183 extranjeros en agosto y hay que retrotraerse a agosto del 2001 para encontrar una cifra similar, con 2.121 personas. Por lo que respecta a las pernoctaciones, este año se contabilizaron 4.868, cifra similar a la de 4.624 de agosto del 2006.

En términos positivos, la estadística de agosto demuestra que los viajeros que programan una visita a Ourense se quedan dos días de media, una cifra que no siempre se supera. En este caso, se dan 2.05 días, el mismo periodo de agosto del pasado año y ligeramente por encima de los 2.01 de julio de este año. 

El covid ha hecho mella también en otros parámetros, y este año abrieron 156 establecimientos frente a los 178 de agosto del 2019. 

Ovidio Fernández, presidente de la Federación Provincial de Hostelería, lamenta cómo "lo único que podemos decir es que nuestra provincia resiste un poco mejor que el resto, pero no es consuelo". Ojea lamenta la cancelación de ferias de turismo y que la gran esperanza del AVE "seguramente no llegue ni en 2023". En resumen, "a Ourense le ha salvado el turismo de proximidad y ser un destino seguro, pero así no se puede seguir. Y en el ayuntamiento de la ciudad tenemos a un alcalde que solo mira por su interés personal en vez de cuidar el turismo", denuncia.

Alberto Canal, responsable de comunicación de los balnearios de Lobios, Laias y Arnoia, reconoce cómo "dadas las circunstancias, fue un buen agosto para nosotros. El programa "Ourense provincia termal" ha supuesto un pulmón de oxígeno". Su situación es menos grave ahora que los tratamientos termales contra la ansiedad o la depresión son tendencia debido a las consecuencias psicológicas de la pandemia. 

Pepe Mosquera, delegado provincial de guías turísticos, admite que "el verano fue mejor que lo esperado, pero con el máximo de 9 personas por guía es complicado rentabilizar". 

La única provincia gallega que no ha sufrido en 2020 el peor agosto del siglo

Ourense había vivido durante las últimas décadas un crecimiento constante que se ha visto truncado, dejando atrás aquel récord histórico de 2019 con 45.036 viajeros, pero es la única provincia gallega que no ha registrado este año los peores datos del siglo para un mes de agosto, y la octava provincia española donde menos caen las pernoctaciones con respecto a su media de la última década. Una de las menos afectadas fue Cantabria, apenas un 3% por debajo de su media de los últimos 10 años y con valores un 13% inferiores a los de agosto de 2019, por un 18,6% y un 31,5% respectivamente de caída en Ourense.

Para el conjunto de Galicia, las pernoctaciones fueron este mes de agosto un 40,79% más bajas que en el del pasado año, y en España la caída fue del 64,3% a pesar de una bajada de precios en los establecimientos del 9,6%. No obstante, estos datos suponen una recuperación frente a la caída del 76,8% de julio.

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