La capital y los municipios limítrofes son las zonas más afectadas por un tipo de edificación en sus horas más bajas

La crisis provoca bajas de más del 25% en urbanizaciones de adosados

Urbanización a medio construir, y ya en ruinas, en Barbadás. (Foto: MIGUEL ÁNGEL)
Decenas de chalés adosados o pareados están desocupados y urbanizaciones con este modelo residencial evidencian hoy que el esplendor es cosa del pasado. Hasta el 2007 todo el negocio del ladrillo ha sido floreciente, pero desde la hecatombe de las hipotecas subprime aún no se conoce el final de la pendiente de la ladera. En Ourense, con más apego a la autoconstrucción, este tipo de urbanizaciones no han cuajado tanto como en otras provincias, pero la huella de la crisis es evidente viendo los múltiples carteles de venta que lucen en las fachadas.
'Más de la mitad de las urbanizaciones proyectadas han quedado abandonadas o paralizadas', reconoce el presidente de los inmobiliarios ourensanos, Benito Iglesias. ¿Cuándo tomará aire este subtipo residencial? Pablo Rodríguez Novoa, agente inmobiliario, afirma que 'este tipo de mercado está muy flojo y hay muchos de segunda mano'. Es difícil visitar una zona de chalés adosados y no encontrar varios a la venta y una de las fórmulas más socorrida para desprenderse de estos excedentes es la bajada de precios. En el sector calculan un descenso 'del 25% o el 30%, como mínimo', sobre la tasación de hace algunos años aunque el exceso de oferta y la nula demanda hace que la corrección de precios a la baja sea incluso mayor. De hecho Rodríguez Novoa considera 'escaso' ese descuento y sostiene que 'hoy sale mejor rehabilitar una casa en una aldea, porque hay ayudas, que comprar un adosado o pareado y lo que está claro es que lo que se pedía hace algunos años era desorbitado'.


LOCALIZACIONES

Los alrededores de la capital y municipios colindantes han optado en los últimos años por este modelo residencial: O Piñeiral, Monterrei, A Valenzá, Pereiro de Aguiar, San Cibrao das Viñas, Toén o A Merca son algunos ejemplos y en todos estos lugares hay aún muchas operaciones pendientes y el 25% de rebaja se queda corto. En urbanizaciones de Pereiro de Aguiar o Monterrei salieron al mercado hace años algunas viviendas por casi 300.000 euros, para caer luego a los 180.000 'y hoy hay algunas por 150.000 euros', según un agente inmobiliario.

La patronal del sector diagnostica tres tipos de urbanizaciones por su exposición a la crisis: Las acabadas pero con casas todavía por vender, las que disponen de suelo y proyecto pero no se ejecutaron por falta de financiación el cierre y las que adquirieron los terrenos pero ni siquiera obtuvieron licencia. En el último caso destaca una empresa holandesa que pretendía construir 150 chalés en A Cabeanca, límite de Ourense con Amoeiro, pero le sorprendió la crisis y, con posterioridad, la suspensión del planeamiento de la capital echó por tierra definitivamente la operación con lo que la promotora tiene el terreno pero no sabe si el futuro PXOM, pendiente de aprobación inicial, le permitirá edificar.

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