Costureras, zapateros y establecimientos que realizan reparaciones de electrónica en la ciudad confirman que cada vez más gente opta por 'reparar' y 'reciclar' en lugar de adquirir productos nuevos para hacer frente a la crisis.

Esta crisis tiene arreglos

Una costurera realiza a un vestido unos arreglos en un negocio en la ciudad. (Foto: MIGUEL ÁNGEL)
Reciclar prendas casi 'olvidadas' en los armarios, echar mano de viejos aparatos electrónicos y repararlos hasta que se pueda, así como parchear el calzado, son las nuevas tendencias a las que recurren cada vez más ourensanos con una crisis ya en mayúsculas, y de la que pocos permanecen todavía ajenos.
Y si antes el precio de un arreglo en ropa o calzado y de una reparación de equipos electrónicos era lo de menos, ahora es lo primero que se pregunta, según coincidicieron en señalar varias costureras, zapateros, y establecimientos de reparaciones de electrodomésticos o telefonía quienes ven como la crisis acentúa la demanda de estos servicios en la ciudad, aunque no eleva demasiado el volumen total de actividad y de beneficios.

Otra de las tendencias que cobra protagonismo desde el inicio de la crisis son los intentos de 'autoreparaciones', es decir, cada vez más gente acude a los establecimientos de electrónica o electrodomésticos para asesorarse y, una vez en casa, intentan repararlo. Mientras, en muchas ocasiones 'incurren en un doble gasto, puesto que compran piezas inadecuadas o no consiguen arreglarlo', confirmó el especialista en el sector Óscar Álvarez. En esta línea, explica que 'muchas veces recibimos aparatos que ya han sido manipulados sin conocimientos, por lo que el daño es mucho mayor'. También perciben que la gente se decanta por reparar en lugar de reemplazar, aunque el ahorro suponga unos diez euros. En paralelo, otros establecimientos de reparaciones de electrodomésticos confirman que pese, a recibir un aumento de consultas y de presupuestos, fue hace un par de años cuando este repunte sí generó negocio, pero 'ahora no tanto', concretan.


TELEFONÍA

En lo tocante a la telefonía móvil, las empresas constatan un aumento en el número de reparaciones puesto que las operadoras ya no pueden ofertar desde hace meses teléfonos de última generación a coste cero. 'La gente tiende a arreglar más sus viejos teléfonos y se muestran conformes con los presupuestos que les ofreces, mientras esto antes no ocurría', aseguró Yago Arias, de Mobilté. También comenta que el perfil de cliente abarca desde jóvenes hasta adultos.


MODA

En lo relacionado con la moda, las costureras Milagros Rodríguez, Carmen Baldonedo y Marisa Ribao confirman que 'la gente nos trae ropa de otras temporadas para hacerle arreglos y adaptarla a las nuevas modas'. Y es que un corte en una falda, estrechar unas hombreras, rebajar el tamaño de 'la campana' de unos pantalones o cambiar una cremallera por corchetes o botones logran un efecto estreno a bajo coste. También los abrigos son otras de las prendas que dan más juego a la hora de renovarse. De hecho, 'son los clientes los que nos comentan que no tenían pensado adaptar estas prendas, pero con la crisis prefieren hacerlo', matizó Marisa Ribao.

Lo que también percibe Milagros Rodríguez es que cada vez más gente opta por 'traernos la tela y la idea para la confección total de trajes, puesto que en muchas tiendas ya no consiguen lo que quieren a buen precio, y aquí nos adaptamos a lo que nos piden'.


CALZADO

Los ourensanos se decantan más por acudir al zapatero ante pequeños y grandes desperfectos en suelas, tacones o la pieza en general. De hecho, los zapateros de la ciudad confirmaron que se hacen más piezas interiores 'en calzado que antes se tiraría', según afirma Luis Moreira. En paralelo, agrega que tiñen de color más zapatos y que la renovación de tapas sigue siendo la actividad estrella. Mientras, Moreira aseguró que esta tendencia al alza no repercute en exceso en una mayor actividad.

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