La Guardia Civil y la GNR de Portugal buscan fórmulas de colaboración para combatir la delincuencia en toda la franja fronteriza
Los autores de incendios en Portugal ya no podrán esconderse en Ourense y resto de Galicia, y viceversa, para no pagar por el daño que han causado. Lo mismo sucederá con los que transportan de forma ilegal mercancías peligrosas, los que vierten productos contaminantes al cauce de un río fronterizo o los que tiran basura, chatarra y trastos inservibles en cualquier monte, entre otros delitos medioambientales. La Guardia Civil y la Guardia Nacional Republicana (GNR) portuguesa perseguirán de forma conjunta a los infractores, igual que vienen haciendo con los delitos por tráfico de drogas, robos, asesinatos o referentes a la seguridad vial.
Los mandos de la Guardia Civil en las provincias de Zamora, Pontevedra y Ourense analizaron ayer la actividad delictiva en la "raia" con sus homólogos de la GNR en Viana do Castelo, Braga, Oporto, Vila Real y Bragança, con el objetivo de habilitar líneas de colaboración y mejorar las ya asistentes para detener a los delincuentes y ponerlos a disposición de la Justicia. Ambos cuerpos celebraron una "cumbre" en el Parador nacional de Santo Estevo (Nogueira de Ramuín), en el que dieron un repaso a las últimas operaciones realizadas para detener autores de robos, tráfico de drogas o conductores infractores.
Los responsables policiales no facilitaron datos referentes a la delincuencia en la "raia", pese a que el comandante del acuartelamiento de Braga, Manuel Tinoco Ferreira, aclaraba que la reunión sirvió para "intercambiar información, para conocer en profundidad los problemas y recabar datos sobre la criminalidad, dado los portugueses que hay residiendo en España y viceversa", explicó.
A preguntas de los medios de comunicación, tanto los militares españoles como los portugueses, recalcaron que no hay una actividad delictiva, como podrían ser los robos o el tráfico de drogas, que destaque sobre las demás en la frontera, aunque, según el teniente coronel de Viana do Castelo, Carlos Mateus da Conceiçao, preocupan los delitos medioambientales, sobre todo los incendios forestales, y el tráfico de mercancías peligrosas, que hasta ahora pasaban por alto en las reuniones de ambos cuerpos de seguridad.
Paseo fluvial por el Cañón del Sil y visita por el arte románico
El teniente coronel de la Comandancia de Ourense, Manuel Novo Colldefors, hacía de anfitrión y recordó que los encuentros con sus homólogos portugueses ya se vienen repitiendo desde la década de los noventa. Y, a su entender, continuarán celebrándose porque, además de analizar la actividad delictiva, sirve para "reforzar la camaradería" y trabajar, perseguir a los delincuentes y criminales, como si fueran un solo cuerpo de seguridad. Eso sí, tienen siempre presente la legislación de uno y otro país. Y los militares tuvieron todo el día para estrechar lazos, dado que, tras la maratoriana reunión en el Parador de Santo Estevo para analizar la delincuencia en la "raia", comieron juntos, pasearon por el Cañón del Sil y visitaron el arte románico que ofrece la Ribeira Sacra.
Tanto los dirigentes de la Guardia Civil como de la GNR, entre los que estaba el coronel de Pontevedra, Miguel Estévez Lara; el teniente coronel de Zamora, Antonio Rodríguez, y el jefe de la Guardia Fiscal de Oporto, Paulo Joaquín, vestían sus uniformes de los que lucían estrellas y condecoraciones. A las 13,15 horas, fueron recibidos por el subdelegado del Gobierno, Roberto Castro, que les dio la bienvenida y los animó a trabajar de forma conjunta. A esa misma hora, eran también saludados por el alcalde de Nogueira de Ramuín, José César Parente, en el Concello. El mandatario local los animó a disfrutar de los encantos que ofrece la Ribeira Sacra, a lo que se dedicaron toda la tarde.
