Un total de 18 trabajadores retiraron los peces muertos del río Barbaña con la intención de quemarlos

‘Al culpable había que hacerle lo mismo’

En el barrio de Portocarreiro, los técnicos recogían peces muertos.
Técnicos de Medio Rural y operarios de la empresa Tragsa recogía ayer los peces muertos a lo largo del Barbaña. Su presencia en el agua atrajo a numerosos curiosos. ‘Al autor del vertido había que hacerlo lo mismo’, recriminaba un viandante.
Los peces muertos en el río Barbaña fueron recogidos ayer por cinco agentes medioambientales de la Consellería de Medio Rural y 13 operarios de la empresa Tragsa, que fue contratada por el Concello de la ciudad para realizar este trabajo.

La recogida comenzó en la desembocadura, a la altura del polideportivo de Os Remedios, que es donde más volumen de peces muertos había. ‘Dan mucha pena. Ante la cantidad de animales que estamos recogiendo, parece que estuvieran escapando del vertido y no tuvieran tiempo de alcanzar el río Miño’, aseguraba uno de los trabajadores.

La Confederación Hidrográfica aseguraba por la mañana que el vertido no mató truchas, ‘simplemente porque en el río Barbaña no las hay. El estado del hábitat no es óptimo para la vida de esta especie’. Sin embargo, los operarios si recogieron truchas muertas en la desembocadura, aunque cabe la posibilidad de que nadaran aguas adentro desde el río Miño.

La recogida, que se prolongó hasta pasadas las nueve de la noche, atrajo a numerosos viandantes, que lamentaban lo sucedido. ‘O culpable do vertido había que hacerle lo mismo, verter un producto contaminante en el aire que respira’, explicaba un vecino de Portocarreiro, Antonio Barrio.

Los dos paseos que hay a lo largo del Barbaña estaban llenos de personas a las siete de la tarde. La mayoría de ellas se acercó a los trabajadores interesándose y lamentando el desastre ecológico. Pero también lamentaban la suciedad que lleva el río.

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