La 'movida' del viernes en el casco antiguo de la ciudad acabó con cuatro detenidos en la Comisaría, tres por desacato a los agentes de la autoridad y el restante por incumplir una orden de alejamiento de su ex pareja.
Los arrestos fueron practicados por los agentes del Grupo Operativo de Respuesta del Cuerpo Nacional de Policía, conocidos como 'Centauros' (comenzaron a actuar en la noche ourensana en el año 2005), dentro de un control de verificación de identidad masivo en las calles que concentran los bares de copas.
Los policías establecieron el dispositivo de vigilancia pasadas las tres de la madrugada ante la sospecha de 'trapicheo' de drogas y la venta de alcohol a menores. 'El control no obedece a una actividad delictiva concreta, fue más bien para conocer lo que pasa en la calle, qué se mueve en las altas horas de la madrugada por el casco viejo', aseguró el comisario, Ángel Barrera, recalcando que este tipo de controles los hacen con frecuencia para garantizar la seguridad de las personas que se están divirtiendo de forma natural.
Los agentes detectaron un repunte de hurtos de carteras, teléfonos móviles y bolsos, entre otros enseres, en la noche ourensana, pero Ángel Barrera negaba ayer que la vigilancia de los Centauros, 14 agentes en total que actúan por turnos, fuese para una operación especial. 'Las personas que roban, seguro que no están esperando en los bares de copas', apuntó, recalcando que el control establecido en la noche del viernes es para prevenir sobre todo agresiones físicas. 'Hay personas que portan armas blancas, se produce una pelea y después vienen las lamentaciones', recalcó.
Los agentes no decomisaron ninguna arma blanca, ni objetos peligrosos, ni tampoco algún tipo de sustancia estupefacientes.
Los arrestados, tras prestar declaración en la Comisaría, fueron puestos disposición del titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Ourense y todos ellos quedaron en libertad con cargos.
Los policías establecieron el dispositivo de vigilancia pasadas las tres de la madrugada ante la sospecha de 'trapicheo' de drogas y la venta de alcohol a menores. 'El control no obedece a una actividad delictiva concreta, fue más bien para conocer lo que pasa en la calle, qué se mueve en las altas horas de la madrugada por el casco viejo', aseguró el comisario, Ángel Barrera, recalcando que este tipo de controles los hacen con frecuencia para garantizar la seguridad de las personas que se están divirtiendo de forma natural.
Los agentes detectaron un repunte de hurtos de carteras, teléfonos móviles y bolsos, entre otros enseres, en la noche ourensana, pero Ángel Barrera negaba ayer que la vigilancia de los Centauros, 14 agentes en total que actúan por turnos, fuese para una operación especial. 'Las personas que roban, seguro que no están esperando en los bares de copas', apuntó, recalcando que el control establecido en la noche del viernes es para prevenir sobre todo agresiones físicas. 'Hay personas que portan armas blancas, se produce una pelea y después vienen las lamentaciones', recalcó.
Los agentes no decomisaron ninguna arma blanca, ni objetos peligrosos, ni tampoco algún tipo de sustancia estupefacientes.
Los arrestados, tras prestar declaración en la Comisaría, fueron puestos disposición del titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Ourense y todos ellos quedaron en libertad con cargos.
