La Guardia Civil celebró ayer el día de su patrona, la Virgen del Pilar, arropada por sus familiares y amigos en la Catedral y durante la entrega de las medallas y la ofrenda a los caídos en la Comandancia.

Un día de méritos y recuerdos

Un año más y como cada 12 de octubre, Día de la Hispanidad, los más de 800 agentes de la Guardia Civil de la provincia honraron ayer a su patrona, la Virgen del Pilar. En la ciudad, donde hay unos 260 guardias civiles, los actos centrales tuvieron lugar en la Catedral y en la Comandancia de Santa Mariña, aunque en este año marcado por la crisis, la celebración fue un poco más austera que en otras ocasiones.
El día comenzó en la Catedral ourensana, donde tuvo lugar la misa presidida por el obispo, José Leonardo Lemos Montanet, a las once de la mañana. A la ceremonia acudieron varias personalidades, entre las que se encontraban el subdelegado del Gobierno, Roberto Castro; el conselleiro de Educación, Jesús Vázquez; el vicepresidente de la Diputación, Rosendo Fernández, o el diputado Celso Delgado Arce. Los agentes de la Guardia Civil, encabezados por el jefe de la Comandancia, el teniente coronel Manuel Javier Novo Colldefors, estaban acompañados por sus familiares y amigos.

Tras la ceremonia religiosa, la celebración se trasladó al Cuartel de Santa Mariña, donde se respiraba un ambiente festivo y familiar, mezclado con la tensión y los nervios de los agentes que fueron condecorados. Precisamente, con la entrega de medallas arrancó el acto. La más destacable fue la Cruz de la Orden del Mérito con distintivo rojo, que fue entregada al guardia civil Felisindo Gómez López, destacando el valor que demostró al salvar la vida de un bebé en 2009, en un incendio declarado en una vivienda de la calle San Félix, en Verín. En total, 16 agentes fueron condecorados durante el día del Pilar: José Manuel Araújo Rivera, José Manuel Vila Sabin, Guillermo Luis Díaz Gutiérrez, Alfonso Limia Gómez, José Luis Ferreiro Nóvoa, Alfonso Prado Rodríguez, César García Bouzas, José Pablo Outomuro Cid, Jose Antonio Lobelle Vázquez, Ramón Amorín Madrigal, Gumersindo Cachafeiro Atanes, José Luis Ferreiro Nóvoa, José Manuel Salpurido Santiago, María Isabel Pérez Movilla y Francisco Javier Salgado Cid.

A continuación, el jefe de la Comandancia ourensana, el teniente coronel Manuel Javier Novo Colldefors, pronunció un emotivo discurso en el que destacó que la del guardia civil, además de 'una profesión, es un sentimiento' y felicitó a los condecorados. Agradeció, además, la presencia de las familias, de las que reconoció el 'sacrificio callado' al que se ven sometidas, 'sin el cual el servicio de los que formamos parte del Cuerpo perdería muchos enteros en calidad'.

También el subdelegado del Gobierno, Roberto Castro, dedicó unas palabras a los agentes ourensanos y afirmó que 'está orgulloso' porque 'cumplen correctamente con sus obligaciones, manteniendo en su demarcación unos índices de delincuencia que se sitúan entre los más bajos de España'.

Tras los discursos, se procedió al homenaje a los guardias civiles caídos, en la que destacó la participación del nuevo alcade de la ciudad, Agustín Fernández, que hizo la ofrenda acompañado por el subdelegado del Gobierno. Por último, los agentes de la Guardia Civil entonaron su himno y procedieron a la dislocación de la formación y como broche final brindaron por el rey Juan Carlos.

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