Como Museo da Cidade, Casa da Memoria, sede de la Fundación Quessada Blanco o sede del Catastro. Desde que en diciembre de 2004 el Banco de España dejó de funcionar en Ourense son muchas las nuevas alternativas que se han escuchado. El uso cul tural es el gran demandado, pero sin nada claro y mientras todavía se espera por unas obras de reforma, en otras provincias los bancos de España han recobrado la vida, como museos, con actividades socio-formativas o administrativas.
El Ministerio de Economía y Hacienda y el Banco de España suscribían a finales de 2002 un protocolo de actuaciones en materia inmobiliaria que preveía el cierre, en tres años, de decenas de sucursales en las capitales de provincia. Esa suerte corrió el Banco de España de Ourense en diciembre de 2004. Desde entonces, el céntrico y emblemático edificio de la ciudad, propiedad del Estado, permanece cerrado a cal y canto.
Por su ubicación, su estética y sus características le han salido muchas novias: colectivos vecinales, intelectuales, artistas y las tres principales fuerzas políticas de la ciudad. Todos convergen en una petición similar: hacer un centro socio-cultural. Y se oyeron propuestas: Museo da Cidade, Casa da Memoria, sede de la Fundación Quessada Blanco... Pero lo cierto es que hoy por hoy sigue siendo un edificio propiedad del Ministerio de Economía, pendiente de una reforma que debería estar concluida este mismo año pero que lleva tres años de demora y en la que en 2007 la sociedad encargada de gestionar su desarrollo (Segipsa) sólo invirtió el 3,3 por ciento de un presupuesto cifrado en algo más de dos millones, y con un uso previsto que tira más a una función administrativa (sede del catastro).
Cambio de aires
El pasado día 1, el alcalde de Ourense, Francisco Rodríguez aseguraba que seguirá peleando hasta el último momento para lograr que el edificio del Banco de España pasa a ser titularidad municipal (en su momento ofreció al Catastro un solar en la calle Pelayo a cambio del Banco de España).
Pero mientras los ourensanos esperan (y desesperan), otras provincias españolas disfrutan ya sus nuevas sedes socio-cultura les. Y no hace falta irse muy lejos de Ourense. Santiago ya lo tiene en su poder, transformándolo en el Museo das Peregrinacións e de Santiago; y Vigo, que lo adquirió por un precio simbólico, ofrece una intensa actividad como Casa de las Artes. Los ejemplos se suceden en otras muchas provincias. En Soria, pasa de Banco de España a museo, en Zamora también y tratará de convertirse en un referente museístico en la Vía de la Plata, en Badajoz ya es sede del Conservatorio Superior de Música, en Bilbao acoge las Aulas de la experiencia de la Universidad, el de Salamanca se presenta como sede del Museo Nacional de Arquitectura y Urbanismo... Y en otra provincias, tales como Granada (Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia) o Burgos (Subdelegación de gobierno), su nuevo uso no es cultural, pero, al menos, no está cerrado.
Por su ubicación, su estética y sus características le han salido muchas novias: colectivos vecinales, intelectuales, artistas y las tres principales fuerzas políticas de la ciudad. Todos convergen en una petición similar: hacer un centro socio-cultural. Y se oyeron propuestas: Museo da Cidade, Casa da Memoria, sede de la Fundación Quessada Blanco... Pero lo cierto es que hoy por hoy sigue siendo un edificio propiedad del Ministerio de Economía, pendiente de una reforma que debería estar concluida este mismo año pero que lleva tres años de demora y en la que en 2007 la sociedad encargada de gestionar su desarrollo (Segipsa) sólo invirtió el 3,3 por ciento de un presupuesto cifrado en algo más de dos millones, y con un uso previsto que tira más a una función administrativa (sede del catastro).
Cambio de aires
El pasado día 1, el alcalde de Ourense, Francisco Rodríguez aseguraba que seguirá peleando hasta el último momento para lograr que el edificio del Banco de España pasa a ser titularidad municipal (en su momento ofreció al Catastro un solar en la calle Pelayo a cambio del Banco de España).
Pero mientras los ourensanos esperan (y desesperan), otras provincias españolas disfrutan ya sus nuevas sedes socio-cultura les. Y no hace falta irse muy lejos de Ourense. Santiago ya lo tiene en su poder, transformándolo en el Museo das Peregrinacións e de Santiago; y Vigo, que lo adquirió por un precio simbólico, ofrece una intensa actividad como Casa de las Artes. Los ejemplos se suceden en otras muchas provincias. En Soria, pasa de Banco de España a museo, en Zamora también y tratará de convertirse en un referente museístico en la Vía de la Plata, en Badajoz ya es sede del Conservatorio Superior de Música, en Bilbao acoge las Aulas de la experiencia de la Universidad, el de Salamanca se presenta como sede del Museo Nacional de Arquitectura y Urbanismo... Y en otra provincias, tales como Granada (Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia) o Burgos (Subdelegación de gobierno), su nuevo uso no es cultural, pero, al menos, no está cerrado.
