El edificio okupado de Hernán Cortés fue devorado por el fuego

Dos de los habitantes se encontraban dentro cuando comenzó el incendio, aunque no hubo heridos

Los vecinos del Casco Vello se llevaron un importante susto ayer, cuando un incendio se produjo en el edificio okupado que se encuentra en la calle Hernán cortés. Los bomberos desplazados al lugar consiguieron sofocar las llamas, que calcinaron buena parte del inmueble, sin que hubiera que lamentar víctimas. Dos de los cinco habitantes que desde hace meses okupan esta vivienda se encontraban dentro cuando se originaron las llamas, y ambos consiguieron salir por su propio pie. También estaba un perro, al que consiguieron sacar con vida.

Dos de los okupas se encontraban pidiendo limosna en las inmediaciones del edificio, cuando fueron alertados de las llamas, y regresaron para intentar dar socorro al cánido. Uno de ellos, Patrick Vilela, asegura que el incendio es obra de alguno de los vecinos, con los que ya tuvieron conflictos en anteriores ocasiones. “Son tres meses en los que nos andan  amenazando, diciendo que nos iban a quemar la casa y a dar una paliza. Avisamos a la Policía Local y Nacional, y ellos se reían y pasaban de nosotros, y hasta hoy, que casi muere mi perro ahí adentro”, destacó. 

Vilela asegura que ellos nunca causaron problema alguno a los vecinos de la zona. “Yo me pregunto quién puede prender fuego a unos indigentes que no hacen daño a nadie, un poco de jaleo por la noche, pero nada preocupante”, agregó. 

José Manuel Díaz se encontraba durmiendo en la planta superior cuando el humo lo despertó, tras lo que rápidamente se puso sus zapatos y salió a la calle. “Yo marché rápido. También estaba otro compañero arriba, y también salió a la calle. El único que quedaba era el perro, pero ha salido bien, se lo llevaron para la perrera”, destacó. 

Los bomberos desconocen por ahora el origen del incendio, y si este pudo ser intencionado o accidental. Destacan que cuando llegaron se encontraron con “un fuego muy generalizado en el interior”, que consiguieron apagar en poco tiempo. Las pertenencias calcinadas son, principalmente, ropa.

“Esto es un polvorín, una calle olvidada, los vecinos del Casco Vello no existimos”

Los vecinos del Casco Vellos luchan contra los elementos cada día para poder seguir habitando su barrio, en el que cada vez encuentran más obstáculos para disfrutar de una vida tranquila y sin sobresaltos. La okupación de algunos edificios es solo parte del problema, que trae a muchos de los habitantes de la zona de cabeza. 

“La convivencia es muy dura, no queremos ni hablar”, afirmó León Vázquez, uno de los vecinos que asegura sentir “miedo”, especialmente “por la gente mayor y los jóvenes”. Sin embargo, no todos parecen estar en contra de los okupas, como ocurre con Erika Iglesias. “Mi perro jugaba con el suyo, conmigo y con mi padre fueron bastante amables”, afirmó, y pidió “comprensión”, puesto que “si no tienen donde vivir no se van a ir debajo de un puente, y la casa está deshabitada”.

Esta situación es solo la punta de lanza de todos los problemas que atraviesan los vecinos, como los ruidos y falta de higiene. “Esto es un polvorín, una calle olvidada, los vecinos del Casco Vello no existimos”, afirmó Geni Gil, quien vive a escasos metros del edificio okupado.  Gil denuncia la maleza que rodea su edificio, para la que ya solicitó una limpieza en reiteradas ocasiones. Algunos de los vecinos comenzaron a tirar su basura entre la vegetación, con la consecuente suciedad y malos olores. “He tenido que poner alarmas y mosquiteras en toda la casa, y no puedo abrir las ventanas en verano”, destacó.

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