El concejal de Sanidad y primer teniente de alcalde de Carballiño, Martín Nogueira Martínez, sufrió ayer un segundo robo en el espacio de un mes, esta vez en la clínica privada de medicina infantil que regenta en la plaza Irmans Prieto de la villa.
El médico pediatra acudió a primera hora de la tarde a abrir su consulta, acompañado por su esposa, y se encontró con una llave puesta en la puerta de entrada. Ya en el interior, los cajones de mesas y armarios de las diferentes salas estaban abiertos y su contenido, la mayoría documentos e historiales de pacientes, apareció esparcido por el suelo.
Los ladrones, tras revolver todo el piso, se llevaron una cantidad aproximada de 600 euros, 'que tenemos aquí para cambio', indicó el edil 'popular'. La persona o personas que entraron utilizaron una copia de la llave, 'por eso sospechamos que pudo ser alguien que trabajó aquí antes', comentó Martín Nogueira. Además, utilizaron un soplete para abrir una caja fuerte adosada a la pared, que guardaba facturas de Unión Fenosa, empresa cuyas oficinas ocupaba nantiguamente el local.
El concejal recordó que el pasado lunes se cumplía un mes desde el asalto a su vivienda, en la localidad carballiñesa de Torrón. Personas desconocidas entraron en la casa, en ausencia de sus moradores, pero el sonido de la alarma les hizo desistir y sólo lograron llevarse una cámara de vídeo.
Los ladrones, tras revolver todo el piso, se llevaron una cantidad aproximada de 600 euros, 'que tenemos aquí para cambio', indicó el edil 'popular'. La persona o personas que entraron utilizaron una copia de la llave, 'por eso sospechamos que pudo ser alguien que trabajó aquí antes', comentó Martín Nogueira. Además, utilizaron un soplete para abrir una caja fuerte adosada a la pared, que guardaba facturas de Unión Fenosa, empresa cuyas oficinas ocupaba nantiguamente el local.
El concejal recordó que el pasado lunes se cumplía un mes desde el asalto a su vivienda, en la localidad carballiñesa de Torrón. Personas desconocidas entraron en la casa, en ausencia de sus moradores, pero el sonido de la alarma les hizo desistir y sólo lograron llevarse una cámara de vídeo.
