Emigrantes y turistas revitalizan el rural ourensano: los concellos triplican población

Los concellos rurales de la provincia de Ourense disfrutan cada verano de imágenes propias de otra época. Los retornos vacacionales o disfrutar de unas jornadas de desconexión en las segundas residencias provocan que la población se dispare entre julio y septiembre, lo que se hace notar en los pueblos. Así, todas las comarcas incrementan su censo en verano, lo que provoca una dinamización económica pero también problemas en los servicios municipales como el abastecimiento de aguas o la recogida de basuras. En la zona del área metropolitana de Ourense, Pereiro de Aguiar es el concello que más crece en habitantes, pasando de los 6.600 a los más de 10.000. El hecho de ser un concello limítrofe con Ourense provoca que sea un lugar de muchas segundas residencias de gente empadronada en la ciudad. A este volumen de gente hay que sumar retornados provenientes de grandes urbes españolas -como Madrid, Barcelona o Bilbao-, del resto de Europa -Suiza, Francia, Alemania o Reino Unido-, y también de América -Argentina, México o Estados Unidos-. Tras Pereiro, los concellos del área que más crecen son Amoeiro, Taboadela y Nogueira, motivados por las segundas residencias de ourensanos y de gente procedente sobre todo del País Vasco y Cataluña. Toén crece un sobre 15% y el resto de concellos se mantienen un poco por encima de su censo habitual, e incluso en alguno como Vilamarín o Coles han descendido respecto al año pasado. En lo que respecta al resto de comarcas, los ascensos más significativos se encuentran en A Veiga, en la comarca de Valdeorras, donde su alcalde, Juan Anta, asegura que la población se multiplica “por cuatro o cinco, o incluso por ocho o por nueve en épocas puntuales como las semanas centrales del mes de agosto”. Laza, Riós, San Xoán de Río, Chandrexa de Queixa, Manzaneda y pequeñas aldeas de todas las comarcas ourensanas triplican su número de vecinos. Además, la mayoría de concellos advierten de una gran afluencia durante este año, sobre todo respecto al año 2020, marcado por la pandemia. Pero en muchos también se ha incrementado el nivel de población respecto a los años prepandemia, ya que, a los retornados habituales, hay que sumar a los más ocasionales. Problemas derivados Este aumento exponencial de población supone la dinamización económica de muchos concellos y poblaciones pequeñas, pero también trae consigo una serie de problemas por los que las entidades municipales no tienen que preocuparse, como por ejemplo la recogida de basuras, el abastecimiento del agua o el número de labores administrativas requeridas por estos habitantes estacionales. En el caso del agua, aunque por el momento no hay alarma sobre el consumo, sí hay un llamamiento a la prudencia, ya que el consumo es exponencialmente mayor. Además, las piscinas y los huertos suponen un gasto extra de este recurso, lo que obliga a extremar la precaución. En lo que respecta a la recogida de basuras, los muchos concellos ya doblan habitualmente este servicio durante los meses de verano, ya que las toneladas de basura se multiplica durante el periodo estival, lo que, sumado a las altas temperaturas, hace que el servicio tenga que aumentarse.