Tanto jóvenes como mayores ven muy complejo hallar empleo en Ourense en la situación actual

Encontrar trabajo, una odisea

Alberto Gesteira cree que hay que controlar que las ayudas las reciba quien las necesita. (Foto: Xesús Fariñas)
Aunque sin una afluencia masiva, a las oficinas del Servicio Público de Empleo de la ciudad acudían ayer numerosos ourensanos, ya fuese a apuntarse en las listas del paro, pasar la revisión trimestral, apuntarse a cursos o preguntar por las nuevas ayudas que anuncia el Gobierno. Todos con un problema común: las dificultades para encontrar un nuevo puesto de trabajo, que afectan tanto a mayores como a jóvenes, y que llevan a muchos a pensar en marcharse fuera de Ourense.
‘La prestación que yo recibía terminó en junio y la ayuda es sólo para los que la acabaron en agosto’. José Luis Fernández fue uno de los desempleados que ayer acudieron a las oficinas de empleo para ver si podría cobrar la nueva prestación del Gobierno. Lleva 14 meses en paro (seis cobrando la paga contributiva y otros seis de subsidio) y afrontaba con resignación el conocer que, por dos meses, no puede acogerse a la nueva ayuda.

Este descendiente de ourensanos nacido en Venezuela regresó a España hace algo más de tres años y homologó sus estudios de Ingeniería Superior de Obras Públicas por la Ingeniería Técnica. Estuvo trabajando 19 meses en una central de ciclo combinado en Castellón y, desde que se quedó en paro, tuvo dos entrevistas de trabajo -que buscó por su cuenta, no a través del Inem-, pero que no salieron. ‘Estoy sobreviviendo con lo que gané en Castellón, para eso trabajaba hasta sábados y domingos. Por ser hijo de emigrantes, uno siempre tiene la precaución de ahorrar’, explica. En todo caso, sigue buscando un trabajo pero tiene pocas esperanzas de encontrarlo cerca. De hecho, hoy mismo se desplazaba a Madrid a una entrevista para un empleo en Angola.

Detrás de las cifras

La de José Luis Fernández es una de las múltiples historias humanas que se esconden detrás de las cifras del paro en Ourense y de las numerosas personas que continuamente entran a las oficinas de empleo. C.F., ourensano de 54 años que trabajó en una carpintería durante más de 20 años cotizando como autónomo, acudía ayer a preguntar por una ayuda anunciada por el Gobierno para este colec tivo. ‘Pero no tengo derecho a nada. Me dicen que para poder cobrarlos tenía que estar cotizando en la Seguridad Social. ¿Y cómo voy a cotizar, si no cobro nada?’, se preguntaba. Ahora subsiste gracias al apoyo de sus padres, aunque se muestra dispuesto a ‘trabajar en lo que sea, pero tengo 54 años y ya no aparece nada’.

En este aspecto coincide Mari Carmen González lleva en paro desde hace un año. ‘Con 52 años es una edad muy difícil en la búsqueda de empleo’. Vive gracias a una prestación de 420 euros, algún trabajo esporádico de fin de semana y lo que gana su hija, después de trabajar en diferentes puestos en el sector hostelero en otras regiones de España en las que hay más empleo de su sector, ‘pero ahora, por circunstancias familiares no me puedo ir, que si no ya no estaba aquí’.

La ayuda paterna, un apoyo fundamental

Si para los mayores es complicado encontrar trabajo, tampoco los jóvenes lo tienen fácil en un momento como el actual y, para muchos, la ayuda paterna es fundamental para salir adelante en estas circunstancias. Es el caso de Aurora Gómez, administrativa de 33 años que, al término de su contrato, se quedó en paro y estuvo cobrando una prestación durante siete meses, con un importe de en torno a 400 euros. Ahora sigue buscando trabajo, pero en el año que lleva en paro no la han llamado del Inem para ningún puesto y, aunque sigue buscando por su cuenta, no aparece nada. Ella prefiere trabajar en Ourense pero, ante la falta de resultados, ‘no quedará otro remedio que empezar a buscar fuera’, manifiesta.

También Alberto Gesteira, de 35 años, lleva casi un año en paro, después de haber estado trabajando en el reparto de publicidad, pero ‘agora a cousa está fastidiada en tódolos sectores’, indica. Según explica, en los últimos seis meses ve la situación más complicada y cada vez más gente que se queda en paro. Gesteira está cobrando una prestación de 400 euros: ‘Afortunadamente vivo cos meus pais, pois se estivera independizado non me chegaría para nada. Aínda que na casa hai que contribuir, non é o mesmo que estar só’, apunta.

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