Los empresarios del polígono de San Cibrao abanderan una iniciativa de 'justicia histórica'

La estación del AVE podría llevar el nombre de Franqueira

Franqueira, con Diéguez Gullón, su principal colaborador.
La Asociación de Empresarios del Polígono de San Cibrao abandera una iniciativa, avalada ya por otras entidades empresariales, culturales y sociales, para solicitar el nombre de Eulogio Gómez Franqueira para la futura estación del AVE en A Ponte. El colectivo que preside Elías Mera considera que 'la entrada del AVE en Ourense está llamada a marcar un antes y un después en la vida social y económica de la provincia. Se trata de una oportunidad que los ourensanos no podemos desaprovechar, pues constituirá la última estación para tomar el tren de la modernidad.
El cambio que esta importantísima infraestructura operará en la ciudad, significará también una nueva época para la fisonomía urbana, que albergará una estación destinada a recoger y despachar el tráfico de pasajeros que mueva la alta velocidad'.

Aprovechando esta coyuntura, la asociación empresarial defiende 'la idea de que esa estación, a ubicar en el barrio de A Ponte, muy próxima a la actual, lleve el nombre de Eulogio Gómez Franqueira, ourensano de pro y artífice de la dignificación de la economía agraria ourensana, a través de Coren, pasándola de una estructura tercermundista a la vanguardia del sector de la agroalimentación, convertida en empresa multinacional, que da trabajo a seis mil familias y principal bastión de la economía ourensana'.

Sostienen los empresarios del Polígono de San Cibrao que, además, se da la circunstancia que la futura estación 'estará ubicada en las inmediaciones de la rúa que lleva ya el nombre de este hombre vital en la historia de Ourense'.

Una de las razones que impulsaron la iniciativa de los empresarios del polígono San Cibrao, fue el hecho de que Gómez Franqueira ofreció 'su decidido impulso al polígono industrial de San Cibrao, la mayor área empresarial de Galicia, con la instalación de la Central Láctea en sus primeros tiempos, a la que luego siguieron las plantas de piensos y otra de suministros; iniciativas todas ellas que décadas después todavía siguen siendo referencia en la vida empresarial del Polígono'.

Para la Asociación de Empresarios, el creador de Coren representa el 'paradigma de empresario, que marcó el fin de una época y el comienzo de otra en la empresa ourensana, a la que estimuló, impulsó y lideró con ideas claras y tenacidad, además de fe en las propias fuerzas, sin recursos ni apoyos del exterior. Con el liderazgo político y social unido al empresarial, se convirtió en el motor de la provincia ourensana'.

El colectivo empresarial entiende que 'nada mejor que el nombre de Eulogio Gómez Franqueira para la estación del AVE, para imbuir a este espacio del espíritu del prohombre ourensano en la tarea de acoger el tráfico ferroviario del siglo XXI y ejercer de palanca para la sociedad y la economía de la provincia.'

La iniciativa ha recibido excelente acogida en los colectivos que ya tienen conocimiento de ella. Entre estos están la Confederación de Empresarios de Ourense que adelantó su intención de trasladar la propuesta a su junta directiva para realizar un pronunciamiento oficial al respecto. Igualmente, la Cámara de Comercio, que tiene previsto tratarlo en el próximo comité ejecutivo. Lo mismo sucede con otras instituciones y colectivos, que entienden de justicia el homenaje que supondría a Franqueira y, por ende, a Coren que fue su mejor obra, dar su nombre a la estación del AVE, que estará ubicada en el barrio de A Ponte.

Una obra señera

La figura de Eulogio Gómez Franqueira ha estado marcada por una personalidad arrolladora, que afectó a todos los ámbitos de la vida de la provincia. Sin embargo, una de sus grandes virtudes, además de la fe en las propias posibilidades, fue la de formar equipos de trabajo capaces de hacer realidad lo que él creaba, soñaba o intuía que podía ser el camino hacia el futuro. Fue un visionario con los pies en el suelo, pues su filosofía pasaba por trabajar en las mejores condiciones que permitiesen hacer frente con éxito a la competencia.
A la cabeza de ese conglomerado de gentes ('todo esto es obra de hombres; cada vez más personas están implicadas en mantener Coren en pie', admitió en su día) estuvo su hijo, Manuel Gómez-Franqueira, que no sólo continuó la obra del padre, sino que aupó al grupo hasta el primer lugar del ranking del sector agroalimentario español. En Coren convergen una veintena de cooperativas, diez sociedades, más de seis mil trabajadores y la presencia en buena parte de Europa, América o Asia, incluidos los Emiratos Árabes a través de Dubai.

Un personaje esencial

La primera actividad empresarial de Eulogio Gómez Franqueira aparece ligada a la explotación del wolframio, al lado del marido de una prima de su esposa, simultaneada con la docencia. Paralelamente accede a la presidencia de la Hermandad de Labradores y Ganaderos, primer eslabón del sindicalismo vertical por el que se encaramaría hasta el cooperativismo. Presidió la Cooperativa Local del Campo y fue concejal de Castrelo. En 1959 asume la gerencia de Uteco, cargo 'poco apetecible' en esa época, según explican los historiadores Jesús de Juana y Julio Prada, 'en una provincia sin apenas estructura de cooperativismo agrario al que servir'.
Sin embargo, Eulogio Gómez Franqueira ve la oportunidad de poner en marcha sus ideas sobre cooperativismo de producción. Como ponente, junto con otros amigos, de la comisión de trabajo de cooperativismo agrario, del Consello Económico Social Sindical Provincial de 1961, presenta un programa de desarrollo de acción cooperativa a cinco años, basado en dos pilares, la vitivinicultura y la ganadería. Desde Uteco alumbra lo que luego sería Coren, tras un acuerdo con la norteamericana Swift, con lo que el número de socios pasaría de 15 a 100 en un año. A partir de ahí, la evolución sería una progresión geométrica. Fábrica de piensos en 1964; cooperativa de huevos en 1965; incubadora y matadero de pollos en 1966; central lechera en 1970, cooperativa de porcino en 1974, fábrica de piensos en 1975, entrada en Frigolouro en 1977, Gallega de Alimentación en 1984... y así sucesivamente, ya convertida en la estructura de la actual Coren, en la que jugaría un papel esencial la Caja Rural -que él creó- hasta la integración en Caixa Galicia.
Refiriéndose a Coren, Franqueira contó al economista Gonzalo Fernández que 'todo esto es obra de hombres. De un número cada vez mayor de personas implicadas en el tema. Yo estoy metido en este asunto porque nací en el campo, soy hijo de campesinos, y acabé en esto como consecuencia de lo que he ido viendo y las experiencias que me tocó vivir'.n

El político


Comenzó la actividad pública a través del sindicato vertical. En 1967 fue elegido procurador en Cortes por el denominado tercio familiar. Repitió acta en 1971. A la muerte de Franco asume la transición y promueve una formación de centro, nucleada en torno a Acción Política Orensana, luego en el Partido Popular de Ourense -con Pío Cabanillas-, que deriva en el ingreso en Unión de Centro Democrático antes de las primeras elecciones democráticas de 1977. Obtiene acta de diputado, que revalida en 1979. En 1980, un comando de ETA intentó secuestrarlo en su casa de Razamonde, intento que desbarató él mismo enfrentándose a los asaltantes con una pistola. Desintegrada la UCD, capitaneó la creación de Coalición Galega, que logró excelentes resultados en las autonómicas de 1985. Su repentina enfermedad impediría la consolidación de la formación centrista galleguista.

El hombre


Eulogio Gómez Franqueira nació en Castrelo de Miño el 6 de junio de 1917 en el seno de una familia de campesinos acomodados; su abuelo, con el que se crió, era secretario del Juzgado. Realizó estudios de Magisterio en Ourense, que finalizó en 1936, pocas fechas antes de que estallase la guerra civil. En 1942 se casó con Sofía Álvarez Nieves, también natural de Castrelo, con quien tuvo dos hijos, Manuel y María Teresa. En 1945 llega de maestro a la escuela de su pueblo, donde ejercería la docencia durante dos décadas. Falleció el 20 de abril de 1988, en Razamonde, casi tres años después de que un derrame cerebral le apartara de toda actividad pública. La noticia de su desaparición causó una profunda conmoción, pues la obra y la personalidad de Gómez Franqueira le habían hecho popular ya en lugares muy apartados de su Castrelo natal. Dice Gonzalo Fernández en su libro El virus del progreso, que el impacto por la muerte de Franqueira 'quedó ampliamente superado al día siguiente con motivo del entierro. Asistieron personalidades políticas de todo signo, económicas y sociales, así como un sinfín de personas sencillas y anónimas, procedentes del campo y la ciudad. (...) Miles de personas se incorporaron a la caravana fúnebre o saludaban su paso desde la orilla de la carretera, desde las puertas y ventanas medio entornadas de las casas rurales y desde los huertos o tierras de labor'.

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