Experimentan en el río Loña técnicas de recuperación ambiental inéditas en Galicia

Restauradores fluviales de Portugal, España y Austria convierten durante dos días el río Loña de Ourense en laboratorio experimental para técnicas de recuperación inéditas en Galicia y basadas en prácticas tradicionales, explicó hoy el organizador del taller Carlos Cárcamo.
El taller de iniciación a la bioingeniería fluvial es el primero celebrado en Galicia y el tercero de España y se desarrolla en un tramo urbano del río Loña, en el que 30 personas aprenden técnicas novedosas de recuperación de cauce, utilizadas en España hace apenas diez años y nunca en Galicia, según Cárcamo.

La delegada para el noroeste de la Asociación Española de Ingeniería del Paisaje, Patricia Fernández, explicó a Efe que entre los participantes hay técnicos de la Confederación Hidrográfica Miño-Sil, de la empresa pública Tragsa, de la consellería de Medio Amiente y trabajadores de empresas privadas de jardinería, procedentes de toda España y Portugal.

Las técnicas utilizadas para restaurar el cauce del río Loña incluyen el uso de fajas vegetales antierosión, elaboradas por los alumnos con ramas de árboles de la orilla, de 'biorollos' ya elaborados con plantas de ribera para replantarlas en las orillas y armazones de troncos para estabilizar los taludes.

Según Fernández, esta nueva tendencia 'no es más que la recuperación de los métodos que aplicaban los vecinos que cuidaban los ríos hasta los años 50, luego las grandes obras trajeron consigo grandes destrozos, pérdida de sensibilidad por el entorno y el abandono de estos cuidados'.

Además, en el caso de Galicia, a las obras y al abandono del cuidado se le une el hecho de que al ser una zona húmeda, según Fernández, el terreno afectado por cualquier obra parece recuperarse rápidamente 'y aunque sea un paisaje diferente, el impacto no es tan grande como en las zonas mediterráneas'.

En este momento, conviven técnicas agresivas como colocación de mamparas de hormigón en las orillas de los ríos para evitar los efectos de sus crecidas 'y los que pensamos que no se pueden cometer errores tan grandes como planificar un polígono industrial en una zona inundable rellenada con escombros o corregir el curso de un río para adaptarlo a nuestras necesidades', agregó.

En ese sentido, aludió a las inundaciones ocurridas en varias villas y ciudades de la costa gallega, como Cee y Vilagarcía, en las que muchas viviendas están sobre cursos de agua y algunas incluso los mantienen en sus aparcamientos subterráneos.

Fernández también asistió a la jornada de ponencias celebrada ayer en el auditorio municipal de las que destacó, entre otros, las dificultades explicadas por los técnicos de Portugal para abordar la restauración fluvial ya que en su país los ríos son de dominio privado.

También aludió a la situación 'variopinta' que se da en Galicia en relación al respeto y cuidado de los ríos y dijo que mientras una foto del año 1910 del río Miño a su paso por la ciudad de Ourense, muestra unas orillas peladas y sin ninguna vegetación 'ahora ya se comprende que esa vegetación es necesaria para crear suelo vegetal que absorba parte de la crecida del cauce en equilibrio perfecto'.

Frente a esta mejora, añadió que aún se dan situaciones 'grotescas' como la abordada por el Ayuntamiento de Ourense hace unos años al pretender eliminar la contaminación del río Barbaña a su paso por la ciudad, bombeando hasta su cauce agua de otro río para que la suciedad quede más disuelta 'en lugar de arreglar las depuradoras cuyo mal funcionamiento origina esa contaminación'.

Esto ocurrirá mientras coexistan 'técnicos que ven un río como un canal de agua con otros que lo ven como un ecosistema fluvial, terrestre y aéreo', concluyó.

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