Victorino Núñez Rodríguez (Quiroga, 1936-Ourense, 2010), el primer presidente democrático de la Diputación ourensana y el tercero del Parlamento de Galicia, murió ayer a los 74 años de edad tras una larga enfermedad. La noticia de su fallecimiento causó hondo pesar en toda la clase política gallega, que elogió su dedicación a la Comunidad autónoma y, antes, a la provincia de Ourense, donde se convirtió en un referente político de los primeros años de la historia democrática.
José Luis Baltar, el político que le sustituyó en la Diputación cuando en 1990 se convirtió en presidente del Parlamento de Galicia,de la mano del primer gobierno de Manuel Fraga, y que fundó con él Centristas de Galicia, le definía ayer como un auténtico 'maestro de la política', labor ésta que ejerció de forma ininterrumpida durante más de 30 años, como concejal en Ourense y senador, además de presidente de la Diputación durante 13 años y del Parlamento en un período de siete, desde 1990 a 1997.
Victorino Núñez llevaba seis años retirado de la vida política activa, pero su prodigiosa memoria y su profundo conocimiento de la reciente historia de Ourense y de Galicia le convertían en pieza imprescindible para estudiosos y también para compañeros de partido, incluso de otras formaciones en las que nunca militó.
El ex presidente de la Diputación y del Parlamento era también, desde 2008, hijo predilecto de su pueblo, Quiroga (Lugo), donde una calle lleva su nombre y donde una placa en su vivienda natal atestigua su origen.
Victorino Núñez era secretario de Administración Local -el ex alcalde rués José Vicente Solarat recuerda y elogia su paso de técnico por el Concello de A Rúa- y fue esa actividad la que le lanzó a la política, una labor que inicialmente le llevó también a la Xunta preautonómica que presidía otro valdeorrés ya desaparecido, José Quiroga.
El ahora fallecido fue un destacado dirigente de UCD, de la mano de Eulogio Gómez Franqueira; cofundador de Coalición Galega y después impulsor y presidente de Centristas de Galicia, hasta su integración en lo que actualmente es el Partido Popular. Cuando en 1990 accedió a la presidencia del Parlamento, llevaba en su cartera más reivindicaciones de autonomía para Galicia y un profundo sentimiento de que la vida es 'sentido común', de que las grande satisfacciones políticas son las que 'no salen en los periódicos' y de que no volverá a repetirse una situación como la de UCD: 'Fue la época de la libertad'. Así lo reconocía en una entrevista que concedió en 1990 a La Región, donde se mostraba orgulloso de sus orígenes humildes, de su mente 'matemática' y de su memoria 'feliz'.
Victorino Núñez llevaba seis años retirado de la vida política activa, pero su prodigiosa memoria y su profundo conocimiento de la reciente historia de Ourense y de Galicia le convertían en pieza imprescindible para estudiosos y también para compañeros de partido, incluso de otras formaciones en las que nunca militó.
El ex presidente de la Diputación y del Parlamento era también, desde 2008, hijo predilecto de su pueblo, Quiroga (Lugo), donde una calle lleva su nombre y donde una placa en su vivienda natal atestigua su origen.
Victorino Núñez era secretario de Administración Local -el ex alcalde rués José Vicente Solarat recuerda y elogia su paso de técnico por el Concello de A Rúa- y fue esa actividad la que le lanzó a la política, una labor que inicialmente le llevó también a la Xunta preautonómica que presidía otro valdeorrés ya desaparecido, José Quiroga.
El ahora fallecido fue un destacado dirigente de UCD, de la mano de Eulogio Gómez Franqueira; cofundador de Coalición Galega y después impulsor y presidente de Centristas de Galicia, hasta su integración en lo que actualmente es el Partido Popular. Cuando en 1990 accedió a la presidencia del Parlamento, llevaba en su cartera más reivindicaciones de autonomía para Galicia y un profundo sentimiento de que la vida es 'sentido común', de que las grande satisfacciones políticas son las que 'no salen en los periódicos' y de que no volverá a repetirse una situación como la de UCD: 'Fue la época de la libertad'. Así lo reconocía en una entrevista que concedió en 1990 a La Región, donde se mostraba orgulloso de sus orígenes humildes, de su mente 'matemática' y de su memoria 'feliz'.
