A Antonio José Mendes de Almeida le gustaba pasearse por los bares de la ciudad haciéndose pasar por agente de la Guardia Civil sin haber hecho carrera militar. Y no sólo exhibía una placa cuando requería a los dueños de los establecimientos, sino que, metido de lleno en el papel de representante de la Ley, hasta optaba por asumir una investigación. Simulada, claro está.
Mendes de Almeida interrogaba a empleados y encargados sobre si habían visto a un varón que se le parecía intentando pagar con billetes falsos o engañando con los cambios. Según les explicaba, el supuesto estafador entregaba cinco euros para pagar las consumiciones pero después reclamaba el cambio como si hubiera abonado billetes de 20 o 50 euros. Más aún, incluso alertaba de que, si algo así ocurría en los citados establecimientos hosteleros, los perjudicados no dudaran en llamar a las fuerzas de seguridad para proceder a su detención.
RECONOCIMIENTO
Con esta ficción, el inculpado, que ayer reconoció los hechos en el Juzgado de lo Penal 2 de la ciudad y aceptó una pena de un año de prisión, recorrió hasta cinco bares y cafeterías de la calle Vicente Risco de la ciudad, en el barrio de A Ponte.
Los hechos objeto de juicio ocurrieron en la tarde-noche del 22 de abril del año 2009 y en todos los casos documentados empleaba el mismo procedimiento: mostraba una cartera que contenía una placa identificativa de agente de la Guardia Civil para posteriormente proceder al interrogatorio.
El ministerio fiscal lo acusó de un delito de usurpación de funciones públicas, tipificado en el artículo 402 del Código Penal. El reconocimiento de los hechos por parte del inculpado evitó la celebración de la vista oral, de ahí que la sentencia dictada por la magistrada titular del Juzgado de lo Penal 2 será de conformidad.
Lo que no está claro, ni tampoco lo aclaró el acusado durante la instrucción del procedimiento, es el objetivo que perseguía Mendes de Almeida haciéndose pasar por agente del instituto armado.
RECONOCIMIENTO
Con esta ficción, el inculpado, que ayer reconoció los hechos en el Juzgado de lo Penal 2 de la ciudad y aceptó una pena de un año de prisión, recorrió hasta cinco bares y cafeterías de la calle Vicente Risco de la ciudad, en el barrio de A Ponte.
Los hechos objeto de juicio ocurrieron en la tarde-noche del 22 de abril del año 2009 y en todos los casos documentados empleaba el mismo procedimiento: mostraba una cartera que contenía una placa identificativa de agente de la Guardia Civil para posteriormente proceder al interrogatorio.
El ministerio fiscal lo acusó de un delito de usurpación de funciones públicas, tipificado en el artículo 402 del Código Penal. El reconocimiento de los hechos por parte del inculpado evitó la celebración de la vista oral, de ahí que la sentencia dictada por la magistrada titular del Juzgado de lo Penal 2 será de conformidad.
Lo que no está claro, ni tampoco lo aclaró el acusado durante la instrucción del procedimiento, es el objetivo que perseguía Mendes de Almeida haciéndose pasar por agente del instituto armado.
