‘Empapelaron’ Verín con fotos de los asesinados, sin la presencia del hijo, que figura como sospechoso

Familiares de las víctimas del triple crimen de Burgos piden justicia al cumplirse cinco años

Hermanos y sobrinos de las víctimas muestran el cartel que colocaron por Verín. (Foto: Miguel Ángel)
Familiares del matrimonio asesinado en su domicilio de Burgos en junio del 2004 junto con otro hijo de 11 años, ‘empapelaron’ ayer Queirugás y Verín con carteles para pedir ‘justicia’ y la detención del autor de las muertes. Mañana se cumplen cinco años de triple crimen y ‘el asesino sigue el libertad’, se puede leer en uno de los panfletos. El hijo vivo del matrimonio, Rodrigo Barrio, investigado como principal sospechoso del crimen, optó por no sumarse a la iniciativa.
El único hijo vivo del matrimonio ourensano asesinado en Burgos junto con otro hijo de 11 años, no se sumó ayer a la campaña que iniciaron cuatro de sus tíos para que el asesinato de sus padres, Salvador Barrio, de 53 años, y Julia Dos Ramos, de 47, y de su hermano, Álvaro Barrio, de 11 años, no quede impune. Rodrigo Barrio, que es considerado como el principal sospechoso del triple crimen, permaneció ajeno a la colocación de carteles por todo Queirugás, pueblo natal del matrimonio, y Verín, que pedían ‘justicia porque cinco años después el asesino sigue en libertad’, como explicaba una de las tías del joven y hermana de fallecida, Remedios Dos Ramos.

Cuatro de los tíos de Rodrigo Barrio ‘empapelaron’ la zona con panfletos, a los que incorporaron fotografías de los tres fallecidos, y en los que se podía leer: ‘justicia’.

La campaña coincide con el quinto aniversario del triple crimen, que se cumple mañana, cometido en el domicilio de la pareja en la calle Jesús María Ordoño de Burgos. ‘Seguimos confiando en el trabajo conjunto de la Policía y la Fiscalía, a fin de que, en su día, recaiga sobre el culpable, sea quien sea y aunque nos duela, todo el peso de la Justicia’, dicen los cuatro tíos en un comunicado.

El matrimonio asesinado residía en Burgos pero tenía una segunda vivienda en Queirugás, de donde era natural y donde ahora están enterrados la mujer y su hijo. Rodrigo Barrio tenía entonces 16 años y estudiaba interno en un colegio religioso al que lo había trasladado su padre horas antes de fallecer. La Policía lo detuvo el 12 de junio del 2006 en la Universidad Laboral de Ourense, en la que cursaba estudios, como presunto autor de la muerte de sus padres, pero quedó en libertad al no haber pruebas contundentes que lo impliquen en el caso.

En la actualidad, el joven reside en la localidad de Queirugás y continúa siendo sospechoso del triple crimen. Ayer, ante su ausencia en la iniciativa emprendida por parte de su familia materna, los tíos se sorprendieron porque, a su juicio, ‘debería ser el primero en solicitar justicia y conocer quien mató a sus padres para que responda de ello’, apuntó Remedios Dos Ramos. La medida tampoco cuenta con el apoyo de otros tres hermanos de Julia, que ayer declinaron valorar la iniciativa emprendida.

Los cuatro hermanos que pegaron los carteles están personados como acusación particular en el caso y tienen previsto solicitar nuevas diligencias para que la Fiscalía de Menores de Burgos mantenga abierta la acusación contra Rodrigo Barrio. Hay que recordar que el joven fue puesto a disposición de la Fiscalía de Menores porque en el momento del crimen era menor de edad.

Colillas sin ADN

En la azotea de la vivienda en que fue hallado muerto el matrimonio y su hijo fueron encontradas colillas, en las que no se encontró ADN. La acusación particular solicitó que el Instituto Nacional de Consumo determine si esos cigarros se dejaron consumir sin fumar para probar si hubo manipulación de pruebas. También pide que sea analizado un ordenador adquirido por Rodrigo Barrio tras el triple crimen, hallado, meses después, en el piso del matrimonio.

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