Fernando Gabelo regresa a Ourense con su obra "Solo", acompañado de un elenco de 15 actores, dirigidos por Matilde Vázquez
El actor destinará la recaudación de la venta de entradas a la Asociación Española contra el Cáncer. Las tablas del escenario del Teatro Principal acogerán, a las 20,30 horas de hoy, esta representación, no recomendada para menores de 18 años.
¿Es Solo una forma de dar voz a la homosexualidad escondida?
Sí. Hay muchos homosexuales que todavía siguen escondidos, que tienen miedo. Hoy en día sigue habiendo mucha represión y la xenofobia está aumentando. Yo he tenido algún altercado por representar esta obra de temática LGTBI, y solo por ser actor. Imagínate las personas que son de esa condición. "Solo" vale para sensibilizar a las personas de que ser así no es un delito, sino una opción diferente.
¿Es Ourense el escenario ideal para representar una obra así?
La sociedad ourensana está preparada para algo así, pero todavía hay ciertos grupos de gente que siguen discriminando a los homosexuales. Pero bueno, en 2013 se quedó gente fuera del teatro, y con eso es con lo que me quedo.
¿Quién es Tony?
Es el protagonista de la obra. Es un personaje muy sensible, con mucha ternura, que sufre mucho a lo largo de su vida, y eso mismo lo hace esconderse y cerrarse en sí mismo. En la obra, cuenta a su madre, ya fallecida, que es homosexual, a través de varios pasajes.
¿Lo más gratificante de representar este papel?
Cuando representé a Tony aquí, en septiembre de 2013, al acabar la obra el público me aplaudió durante seis minutos, de pie. Cuando salí al vestíbulo, me estaba esperando una mujer, que me dio dos besos, llorando. Me dio las gracias y, al día siguiente, se puso en contacto conmigo para contarme su historia personal, parecida a la que yo había representado el día anterior. Por la calle también me han parado algunos chicos, para agradecerme haberles ayudado a salir del armario.
¿Las críticas han servido para pulir detalles?
Claro que sí. No hemos recibido muchas críticas negativas, sino constructivas. Hemos pulido muchas cosas. La representación de hoy es mucho más ágil y dinámica que la primera, con varios cambios. En 2013, giraba en torno a un monólogo, pero puede que se hiciese un poco monótona. El final también tiene un matiz distinto -que no voy a desvelar (risas)- y cuento con la colaboración de un gran amigo mío. En cuanto al escenario, también hay cambios. Todo contribuye a hacer de Solo algo grande, que llegará muy lejos, seguro.
