Hay conciertos que al rematar piensas, qué suerte haber estado, de los que al salir te cuesta desprenderte de la energía acumulada. El del 25 aniversario del Café Latino ha sido como un regalo, para los músicos y para el público. Más de dos horas cargadas de sorpresas sonoras, y como ya anunció Javier Colina durante los ensayos, el ritmo de las canciones lo marcará el cuerpo que nos pille, y les pilló el de fiesta, les atrapó el duende, algo que no siempre ocurre.
Todos aportaron composiciones, que de nuevas que eran, la de Josemi Carmona, muy flamenquita, venía sin 'nombre'. La conexión con el público, total, conscientes de escribir página en el jazz patrio. Cada canción fue un mundo de improvisación y swing de la que emergían otros más pequeños a los que reivindicar pertenencia. El músico de jazz tiene mucho de de rara avis en permanente peregrinar hasta encontrar acomodo.
Josemi Carmona estuvo inconmensurable, las pillaba al vuelo, su guitarra dispuso de una sonoridad asombrosa. Donde los otros lanzaban una partitura él instalaba la oreja y replicaba mucho más rápido y luminoso. Abe Rábade, cada día mejor músico, en permanente progresión, uno de sus temas alcanzó uno de los puntos más álgidos de la noche. Jeff Ballard es un batería formidable, de los que reparten juego y acompañan. Javier colina, mágico, elegante, siente el flamenco como pocos, aporta gran sonoridad y ritmo. Jorge Pardo , brillante como siempre, aportó emotividad a cada tema. Un trance escucharlo en la Taranta que le enseñó Camarón de oídas, 'me ha costado 25 años aprenderla', no lo decía de broma. Escuchar su flauta travesera es como sentirse envenenado por la mordedura de una serpiente. La Guinda, Chonchi Heredia, en los dos últimos temas, su voz es verdaderamente bella, que cerró fiesta con su marido, José el Francés. En fin, como diría Camarón, 'vivir y soñar?'. Y a por otros 25.
Josemi Carmona estuvo inconmensurable, las pillaba al vuelo, su guitarra dispuso de una sonoridad asombrosa. Donde los otros lanzaban una partitura él instalaba la oreja y replicaba mucho más rápido y luminoso. Abe Rábade, cada día mejor músico, en permanente progresión, uno de sus temas alcanzó uno de los puntos más álgidos de la noche. Jeff Ballard es un batería formidable, de los que reparten juego y acompañan. Javier colina, mágico, elegante, siente el flamenco como pocos, aporta gran sonoridad y ritmo. Jorge Pardo , brillante como siempre, aportó emotividad a cada tema. Un trance escucharlo en la Taranta que le enseñó Camarón de oídas, 'me ha costado 25 años aprenderla', no lo decía de broma. Escuchar su flauta travesera es como sentirse envenenado por la mordedura de una serpiente. La Guinda, Chonchi Heredia, en los dos últimos temas, su voz es verdaderamente bella, que cerró fiesta con su marido, José el Francés. En fin, como diría Camarón, 'vivir y soñar?'. Y a por otros 25.
