ATRACO EN OURENSE

La fiscal acusa a dos hombres de un atraco simulando ser policías

Reclama un total de nueve años de prisión por un robo con intimidación

Un grupo de jóvenes de la ciudad se encontraba, en la tarde del 21 de mayo de 2015, en su local de reunión de la calle Julio Prieto Nespereira cuando dos hombres entraron diciendo ser policías. El motivo: practicar un registro antidroga. Decían sospechar que allí se vendía marihuana y querían comprobarlo, según exhibieron en su carta de presentación. Uno de ellos, con barba de varios días, llevaba gafas de sol y el otro, algo más bajo y "menos jefe", el pelo engominado y un "pinganillo" en la oreja. Con ese pretexto comenzaron a cachear a los chicos y hasta les pidieron la documentación.

La puesta en escena incluía hablar con "la central" para interesarse por los antecedentes de los chavales. Y como el guión lo exigía, previamente, uno de los falsos policías a modo de identificación les mostró de forma rápida una especie de tarjeta con la bandera de España.

Durante el registro, los agentes impostores se apoderaron de 200 euros que los jóvenes habían juntado ese día para la compra de la Play Station 3. Y, muy metidos en el personaje, hasta les conminaron a dirigirse a un coche patrulla al que, por supuesto, aludieron en argot, "un zeta".

Fue en la calle cuando los policías dejaron de ser tales, con argumentos peregrinos como que en esta ocasión les iban a perdonar, enfilando la calle Colón en dirección al barrio chino de la ciudad. Por esta razón, varios de los jóvenes siguieron a la pareja para pedirles que les devolvieran el dinero. En ese momento, los polícías ya se habían convertido en delincuentes, "el Oveja" y "el Peque", con aspecto de toxicómanos. Hasta tal punto que uno de ellos sacó una navaja y los intimidó, según la versión de los denunciantes.

Los dos hombres que responden a estos apodos, Roberto O.V., de 43 años, y Marcos Antonio G.R., de 40, se sentaron ayer en el banquillo del Juzgado de lo Penal 2 para responder de un delito de robo con violencia e intimidación. Para el primero, la fiscal reclamó cinco años de prisión al aplicarle una agravante de reincidencia, y cuatro para el segundo. Los inculpados sólo admiten que fueron al local a comprar marihuana, pero no que se hicieran pasar por policías.

Los policías, pero auténticos, que procedieron a su detención aseguran que ambos responden a las características físicas aportadas por las víctimas. Roberto O.V. fue localizado en la calle Júpiter del barrio de Covadonga con la misma camiseta amarilla y las gafas de sol que le habían hecho días antes agente "de la secreta". Su compañero de banquillo también llevaba la misma ropa cuando se presentó en la comisaría.

Las víctimas los identificaron por la fotografía de la ficha policial.

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