TRIBUNALES

El fiscal pide dos años de cárcel por fraude al Sergas

photo_camera El farmacéutico Juan Luis Lamas Rey en el banquillo.

El abogado defensor pidió la libre absolución basándose en el hecho de que "la prueba en la que se sustenta todo el proceso está viciada"

El ministerio fiscal pide, tras juicio oral desarrollado ayer, dos años de prisión y el pago de 4.903 euros en concepto de indemnización al Sergas por parte de Juan Luis Lamas Rey, farmacéutico de la la localidad de Celeiros, en Chandrexa de Queixa, por un presunto delito continuado de estafa. 

Los hechos juzgados se remontan al año 2013, cuando un vecino del acusado, Ignacio Vázquez Martínez, encuentra varias bolsas con medicamentos  tirados en un contenedor de residuos situado frente a la farmacia regentada por el acusado y los guarda en su domicilio, dando aviso al Seprona. Los agentes entienden en un primer momento, según señalaron en el juicio, que "se trataba de una gestión irregular de residuos, al no depositarse estos en el SIGRE", pero el hecho de que se trate de vertidos continuados y de medicamentos íntegros, a los que sólo les faltaba el código de barras, varió su interpretación, optando por la posibilidad de un fraude al Sergas por parte del farmacéutico.

Éste consistiría en que el acusado, que tenía los códigos de identificación personal (CIP) de varios de sus clientes, "personas mayores que me pedían las medicinas por teléfono", según explicó el farmacéutico, podría haber entrado en el historial de recetas médicas de estas personas y despachado esos medicamentos aunque no los hubieran pedido para cobrar el porcentaje que abona el Sergas.

El abogado defensor pidió la libre absolución basándose en el hecho de que "la prueba en la que se sustenta todo el proceso está viciada", y explicó que fue el vecino, "que hasta el ministerio fiscal reconoce que tiene una animadversión personal con mi defendido", el que de enero a mayo de 2013 recogió las bolsas con medicamentos del contenedor, fechándolas y adjudicando al farmacéutico la autoría de los hechos.

Añadió que los agentes del Seprona se limitaban a recoger esas bolsas cuando dicho vecino les avisaba. Y la única aprehensión realizada por los agentes al acusado "se limitó a gasas y unas dosis de insulina que mi defendido asegura no saber que estaban ahí".

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