Arturo Moreiras está acusado de homicidio en grado de tentativa y de un delito de maltrato habitual a su mujer

El fiscal reclama 11 años de prisión para el hombre que quemó a su mujer

Arturo Moreiras, el día que prestó declaración ante el juez, después de lo cual ingresó en prisión. (Foto: MIGUEL ÁNGEL)
Sin fecha todavía para el juicio, Arturo Moreiras Liz ya sabe al menos que el Ministerio Fiscal le imputa un delito de homicidio en grado de tentativa, y otro de malos tratos habituales a su pareja, por los que le reclama una pena de nueve y dos años de prisión respectivamente.
El fiscal considera que el acusado, de 60 años de edad, y vecino en el momento de los hechos de la plaza 500 de Ourense, tomó el 22 de enero de 2008 un pequeño bote de gasolina que le había regalado su yerno para recargar mecheros, y derramó el combustible por la cabeza de su mujer (C.N.F.). A continuación, le prendió fuego 'con el fin de quitarle la vida', y 'se sentó en una silla viendo como ella trataba de salvarse apagando el fuego con un trapo'. Cuando pudo, ella abandonó el domicilio familiar y se dirigió al de su vecina, reclamando ayuda.

Los hechos se habrían consumado, según el criterio del fiscal, a las nueve y media de la mañana. Pero la tragedia había comenzado a mascarse poco antes. A las tres de la madrugada la había despertado pidiéndole que le preparase el desayuno, cosa que hizo. A las seis y media nuevamente la despertó para que se asomase a una página web que él consultaba, y a las nueve le anunció que debía hacer las maletas e irse porque sino la iba a matar.
Cuando la Policía Nacional se presentó en el lugar de los hechos, advirtió que el acusado lejos de emprender la huida, permaneció en el domicilio familiar, en pijama y descalzo.

Amnesia parcial

El detenido pasó a disposición judicial al día siguiente. No reconoció los hechos que se le imputaban. 'No me acuerdo de nada. No sé lo que pasó ese día ni los anteriores', repetía entonces a su abogada en los pasillos de los juzgados. 'Ella pudo haberse plantado fuego para inculparme', llegó a decirle. En aquel momento, ante la previsión de ingresar en prisión preventiva, mostró interés por las llamadas que podría hacer desde la misma, y si podría llevar consigo su ordenador personal.

La víctima se negó siempre a denunciarlo

Como consecuencia de los hechos de aquel 22 de enero de 2008, C.N.F. sufrió quemaduras de segundo grado en cara, cuello, hombro y brazo derecho. Las secuelas dejan ver distintas cicatrices en las zonas afectadas. No así con las afectaciones psíquicas, que según relata el Ministerio Fiscal, no han podido valorarse ante 'la falta de colaboración' de la víctima, que renunció a denunciar a su marido y prestar declaración alguna que pudiese ir contra sus intereses.

Arturo Moreiras es una persona 'con un amplio historial clínico derivado del abuso del alcohol y las benzodiacepinas, diagnosticado de trastorno límite de la personalidad y trastorno ansioso depresivo', según el fiscal. Aunque no consta que en los hechos estuviese influenciado por bebidas alcohólicas. El fiscal hace constar que el maltrato (insultos, bofetadas) eran habituales, aunque ella nunca quiso denunciar, aun cuando presentaba hematomas.

El resto de la pena

El Ministerio Público fija una indemnización a la víctima de 21.620 euros por las lesiones y 12.000 por las secuelas. Asimismo, reclama para Arturo Moreiras la prohibición de acercarse a su mujer a menos de 500 metros y comunicarse con ella durante 15 años.

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