JUICIO

La fiscal reclama ocho años de cárcel por el robo y agresión a un cura rues

La defensa hace valer el dudoso reconocimiento hecho por la víctima.

El ministerio fiscal, en su exposición final, elevó a definitiva la petición de ocho años de cárcel para Francisco Segurado Rivera por el robo con intimidación y lesiones provocadas a un sacerdote de 77 años que pasaba unos días de vacaciones en su casa del número 22 de la calle Progreso de A Rúa.

El segundo día de juicio contó con la declaración de dos guardias civiles que formaron parte del equipo de investigación. Uno de ellos mostró a la víctima el álbum con fotografías de delincuentes fichados de cara a su identificación, señalando a Segurado Rivera como la persona que sorpresivamente le atacó con una navaja para apoderarse de casi 900 euros que había en un sobre.

Pero el sacerdote no lo tuvo tan claro el primer día del juicio, cuando declaró por vídeoconferencia. No lo reconoció de forma categórica y se limitó a decir que "podía ser" pero que no estaba seguro.

La defensa argumentó la libre absolución en base a la incierta identificación del inculpado y en la ausencia de otros datos periféricos como imágenes de las cámaras de establecimientos próximos a la vivienda o restos de ADN, ni en la casa, sobre del dinero ni en la navaja empleada en la agresión, que apareció depositada en un contenedor de la calle Progreso.

La fiscal, por su parte, aseguró que la descripción realizada por la víctima en un primer momento -"un hombre de unos 40 años, que hablaba castellano, de complexión fuerte y sin pelo"- coincidía con el aspecto físico del encausado, la misma la persona que posteriormente identificó en la rueda de reconocimiento (a la segunda vez). 

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