La Audiencia de Ourense vuelve a repetir el esquema del año pasado en la agenda de señalamientos de juicios penales. En enero, incluyó dos delitos de abusos sexuales, tal como sucedió el pasado año, en el que fue la media de casos enjuiciados durante todo el primer semestre y que evidencia el aumento de este tipo de delitos en los últimos años.
El caso que llegó ayer a la sala de vistas, en un juicio celebrado a puerta cerrada, sentó en el banquillo a Lucas V.F. a raíz de una denuncia cursada en 2021 en el Juzgado de Xinzo por unos hechos que supuestamente sucedieron años atrás, cuando la víctima solo tenía 10 años.
Nunca había contado los supuestos tocamientos de los que fue víctima por parte de su padrastro hasta que la llamaron para testificar en la denuncia que su progenitora interpuso por malos tratos al que fuera su pareja. En un momento dado, para sorpresa de su propia madre, la joven contó, entre sollozos, que Lucas le hizo tocamientos lascivos entre los años 2013 y 2014 así como entre 2016 y 2017. De esa declaración, el juzgado ordenó deducir testimonio.
La fiscal reclamó una pena de cuatro años y 10 meses de prisión para el inculpado, petición a la que se adhirió la acusación particular que, en su escrito de calificación provisional, pedía cinco años. Además, añaden la prohibición de que el acusado se aproxime a la menor o comunique con ella a una distancia inferior a 200 metros en el plazo de 10 años.
Al tratarse de un delito sexual, hay una petición accesoria: la inhabilitación para cualquier profesión u oficio que conlleve contacto directo y regular con personas menores de edad por un periodo de nueve años.
La defensa, por su parte, asegura que no hay base para una condena por ausencia de pruebas, más allá del testimonio de la joven, y sin pericial que evalúe la credibilidad del testimonio.
La próxima semana habrá otro juicio por abusos sexuales en los que la víctima vuelve a ser un menor de 16 años. En este caso, la Fiscalía de Ourense pide cinco años de prisión.
