Medio centenar de adultos frecuenta a diario en Ourense el Centro Trébede de Cáritas Diocesana con el objetivo de aprender a leer y escribir, así como de mejorar su nivel formativo, dada la dificultad de acceso al mercado laboral.

La formación, otro pilar anticrisis

Vista de los alumnos que siguen lecciones en el centro de formación Trébede de Cáritas, en Ourense. (Foto: MARCOS ATRIO)
Hay cursos formativos que no se suspenden ni en verano. Y es que cualquier época del año es buena si el cometido pasa por aprender a leer y escribir en edad adulta o tratar de mejorar el nivel formativo del que se dispone, en un momento en el que el mercado laboral está como está, en mínimos históricos. Además, según los últimos datos publicados por el INE en cuanto a la alfabetización en España, todavía un 2,6% de la población mayor de 15 años es analfabeta.
Para ayudar a estas personas trabaja el Centro Trébede de Cáritas Diocesana de Ourense, que pretende dar una alternativa a las personas que cuentan con un nivel formativo deficitario o que encuentran dificultades al ubicarse en grupos en riesgo de exclusión. En la actualidad, más de 50 personas siguen alguno de los cursos o talleres que se desarrollan desde el año 2008 en el centro Trébede.

Según explican desde Cáritas Diocesana de Ourense, las personas que solicitan ayuda son conscientes de las desventajas con las que cuentan, por ejemplo, a la hora de acceder a cursos formativos del Servicio Público de Empleo Estatal para los que un requisito imprescindible pasa por tener el título de Educación Secundaria Obligatoria. En muchos casos, el perfil del alumno ligado a Trébede encaja con inmigrantes, personas con dificultades económicas, parados de larga duración o personas que se han visto sorprendidas al perder su empleo y no cuentan con títulos de formación básica. En cuanto a las edades, concretan que abundan las personas de entre 30 y 45 años.

También perciben, sobre todo en los dos últimos años, que cada vez más alumnos pretenden paliar 'un déficit formativo encubierto', es decir, personas que contaban con una situación normalizada antes de la crisis, pero que al verse en situación de desempleo perciben que no tienen una formación adecuada para reintroducirse en el cada vez 'más exigente' y competitivo mercado laboral.

De hecho, la directora de Programas de Cáritas Diocesana de Ourense, María del Carmen Alonso, confirmó que el estereotipo de persona ligada a la entidad ha cambiado en los últimos años, puesto que 'no sólo atendemos a pobres de solemnidad, por definirlos de alguna forma, sino que hay muchos más perfiles de gente que solicitan ayuda como trabajadores que con su salario no cubren sus necesidades básicas o parados con escasa formación'.

En el caso de los inmigrantes que siguen programas formativos de Trébede, muchos solicitan ayuda porque no han podido convalidar los títulos de estudios que han logrado en sus países de origen al no contar con recursos económicos o por trabas de otra índole, como serían trámites burocráticos o engorros de papeleo en los países de los que proceden. También hay personas que no tuvieron la oportunidad de ser alfabetizadas anteriormente, bien porque han empezado a trabajar en edades muy tempranas o porque sus familias no contaban con medios, una realidad que es perceptible para los trabajadores de Cáritas Diocesana de Ourense y que todavía genera cierta sorpresa en una sociedad avanzada.


PROGRAMACIÓN

El centro Trébede cuenta con una programación estable durante todo el año. Así, las personas podrán acceder a talleres de alfabetización y formación cultural compensatoria, preparación de las pruebas de competencias clave o del graduado en ESO, así como podrán seguir un curso de atención sociosanitaria a personas en domicilio. Por otra parte, Cáritas Diocesana de Ourense también pone en marcha la Escuela de Tiempo Libre para un perfil de gente joven.

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