En las fruterías de Ourense: “Estamos ejerciendo de vendedores y psicólogos"

Jacobo Fernández, frutero en la calle Doctor Fleming, en la ciudad (MIGUEL ÁNGEL).
photo_camera Jacobo Fernández, frutero en la calle Doctor Fleming, en la ciudad (MIGUEL ÁNGEL).
Jacobo Fernández, de la frutería Punto Natural, destaca el factor anímico

Al pie del cañón. Así continúan estos días en Punto Natural, frutería situada en el número 57 de Doctor Fleming, en Ourense. Casi siete años abiertos y una clientela fiel, que llega desde el mismo barrio y desde otros puntos de la ciudad. Siguen abiertos, aunque se tomarán un breve respiro a corto plazo. "Se va llevando bien, pero es una situación extraña. Todo fue de golpe y tampoco nos informan de como gestionarlo. En nuestro caso nos pusimos nuestras normas. No pueden estar más de dos clientes a la vez dentro de la tienda, se guarda la distancia de seguridad de un metro y medio y el uso de guantes es obligatorio. Las medidas básicas en esta situación", afirma su propietario, Jacobo Fernández Gil.

La situación de confinamiento también les ha hecho poner en marcha otras herramientas para facilitar las compras. "Hemos habilitado la opción de realizar pedidos a través del WhatsApp para los clientes habituales. Se lo preparamos, vienen, recogen y pagan con TPV sin que casi nos acerquemos".

Pero si hay algo que marca su día a día es la incertidumbre. Algo habitual en los negocios en esta etapa de crisis sanitaria sin precedentes. "Hemos tenido días de muchísimo trabajo. De una carga que no tenemos ni en Fin de Año ni otro día que te puedas imaginar. Y, sin embargo, otras jornadas muy flojas. Y tampoco lo puedes anticipar. Yo pensaba que este pasado lunes, después de un domingo, tendríamos mucho trabajo... y no. Impredecible. Y trabajando un producto fresco es bastante complejo", señala Fernández.

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Si por algo destaca el comercio de proximidad es por conocer a la clientela. Hay lazos que van más allá del comerciante-cliente. Por eso, son testigos de la preocupación que hay en la sociedad ourensana por las consecuencias del coronavirus. "El factor anímico es importante. Estamos ejerciendo de vendedores y psicólogos. La gente está muy concienciada y empieza a haber un poco de desánimo. Hay de todo, por supuesto, pero en general es lo que percibo. Hay miedo, lógicamente. Llevamos más de una semana en esta situación y parece que puede prolongarse más y ponerse más serio. Uno sale de la tienda un poco desanimado. Estás en primera línea de batalla", afirma el propietario de Punto Natural.


Un respiro


Por eso va a poner un punto y seguido en su actividad. No será muy largo, pero les servirá para oxigenar la cabeza y regresar con ánimos renovados. "Nos vamos a tomar un respiro la semana que viene. Parece que puede ser dura y a nosotros nos va costando anímicamente seguir aquí. Preferimos cerrar durante una semana. Vas a las siete de la mañana a meter la mercancía, ves como desinfectan las calles, como están vacías... Todo va sumando y afectando. Y es complicado. En nuestra calle hay dos supermercados y nadie se va a quedar sin servir o desabastecido. También pensamos eso. Si fuéramos primera necesidad no cerraríamos una semana", explica Fernández.

El desgaste se nota y el pequeño comercio no es ajeno, ni mucho menos. Mientras, los días que restan y los que vengan después, seguirá ejerciendo de vendedor y de oyente de las preocupaciones de los ciudadanos. Sin olvidar las suyas propias.

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