La Guardia Civil centra la investigación en el país vecino, donde se teme que la carne pueda entrar sin los debidos controles sanitarios en la cadena alimentaria

Los ganaderos buscan por su cuenta en Portugal pistas de las reses robadas

Un perro vigila la granja asaltada en enero en       Vilariño das Poldras, en Xinzo. (Foto: MARCOS ATRIO)
Los robos de terneros (cinco) de los últimos meses en granjas de A Limia y Monterrei han generado alarma entre los ganaderos, hasta el punto de hacer guardias nocturnas para comprobar que su explotación está a buen recaudo. 'Hai moito medo, porque cun só roubo fúndente', explica el ganadero Francisco Rodríguez.
Además de las visitas nocturnas a las granjas, los ganaderos colocan grandes piedras, tractores, máquinas para la recogida del cereal, empacadoras e incluso troncos en los accesos a sus naves para impedir la entrada del camión en el que los ladrones transportan las reses. 'A xente recurre a todo con tal de evitar os roubos, pero os autores deben ser xente preparada e creo que si veñen, o que se poña no camiño non serve de nada', añade el ganadero.

Algunos también instalaron alarmas e incluso cámaras de videovigilancia para identificar a los intrusos, quienes, según la principal hipótesis de la Guardia Civil, se trasladan desde Portugal. Es más, los cinco ganaderos víctimas de estos robos en los últimos meses ya se desplazaron en varias ocasiones al país vecino, sobre todo a los municipios de Montalegre, Boticas, Chaves y Terras do Bouro, en busca de alguna pista sobre sus reses con el objetivo de proporcionárselas a los investigadores. Es más, de sus pesquisas en Portugal, las víctimas coinciden en la creencia de que en el país vecino es fácil vender los terneros, 'porque moitos carniceiros mércannos para evitar o pago de impostos. Tamen hai restaurantes que mercan a carne, máxime cando sacrificalos en calquer matadoiro non é ningún problema', explica Rodríguez.


INVESTIGACIÓN

Las cinco víctimas acuden prácticamente a diario al cuartel de Xinzo y Cualedro para recabar información sobre la investigación, que la Guardia Civil está llevando con absoluto mutismo, aunque, según pudo saber este periódico, ya podría disponer de alguna pista que les permita identificar en las próximas semanas a los autores. En la actualidad, los agentes están a la espera del resultado de los análisis de prendas (guantes) y colillas encontrados en alguno de los robos para contrastarlas con otras recogidas en otros asaltos perpetrados en la provincia.

La Guardia Civil también trabaja con la hipótesis de que los terneros son introducidos en el país vecino para vender a particulares a un bajo precio, sacrificarlos en un matadero y comercializar la carne en restaurantes, tiendas y bares e incluso venderlos vivos a otros ganaderos. En este sentido, los agentes ya habrían hecho alguna diligencia ante el Ministerio de Interior para proporcionar datos a sus homólogos en el país vecino.

Según fuentes del cuerpo de seguridad, los ladrones integran una banda perfectamente organizada, conocedora de que los trámites burocráticos entre España y Portugal dificultan su desarticulación e incluso la identificación de las reses a la hora de venderlas, lo que provoca que esté entrando carne de vacuno sin ningún tipo de control en la cadena alimentaria.

La Guardia Civil trabaja de forma coordinada con la Guardia Nacional Republicana portuguesa, que tampoco aporta datos sobre los avances en la investigación, máximo cuando tiene su propio robo, el registrado el pasado mes de marzo en Montalegre, en el que los ladrones se llevaron 37 novillas. Los agentes lusos ya inspeccionaron mataderos, carnicerías e incluso cuatro naves sospechosas de que ser utilizadas para sacrificar reses de forma clandestina, pero este trámite no dio resultado.


CONTROLES

Los terneros robados estaban controlados por los veterinarios de Sanidade Animal, departamento dependiente de la Consellería de Medio Rural, donde declinaron hablar sobre los robos, identificación de las reses y trámites necesarios para su sacrificio en los mataderos.

En la Agencia de Extensión Agraria de Xinzo, están al corriente de cada uno de los asaltos y aseguran que todos los terneros tienen su propio 'carné de identidad' (crotales), sin el que es muy difícil sacrificarlos por las limitaciones legislativas. Es más, a la hora de trasladarlos al país vecino se precisa de una guía internacional - se tramita en las citadas instalaciones- para poder matarlos o venderlos al otro lado de la frontera.

“Detrás desto ten que haber moita xente potente metida”
Manuel Núñez desconoce cuál es el paradero final de los terneros robados en las comarcas de Monterrei y A Limia, pero lo que tiene claro es que tras esta acción delictiva hay gente 'moi preparada e potente.Un roubo así non o fai calquera, hai que contar con moita infraestructura para poder transportar as reses e logo sacrificalas nun matadoiro', asevera.
Además, entiende que un botín como un camión de terneros no es fácil de esconder como se 'podería facer cun botín de diñeiro ou xoias. Estamos falando de gando, que, ademais, está perfectamente identificado', relata.
Este vecino aún no fue víctima de ningún robo, aunque lamenta la situación que están viviendo los ganaderos asaltados 'porque as pérdidas son moi imporantes. Nun asalto como o rexistrado en Carzoá (Cualedro), funden a calquer gandeiro', lamenta. Confía en que la Guardia Civil actúe con rapidez y logre detener a los ladrones: 'Así non se pode vivir. Traballamos para que outros leven o fruto'.

“A este paso, as aseguradoras no queren saber das granxas”
Marcos Cabrera fue uno de los primeros ganaderos asaltados: 13 terneros que estaban ya preparados para ser sacrificados. 'Non superas o roubo', afirma, añadiendo que todas las noches visita su explotación por si regresan los ladrones. 'Instalei un bon sistema de alarma, pero con esta xente nunca se sabe o que pode pasar', añade.
El ganadero centró su actividad comercial en la cría de terneros y reconoce que hay muchos compañeros que no pueden adquirir infraestructura de vigilancia para evitar robos. 'Se temos que colocar cámaras, como si fósemos un xoiería, entón non vale a pena ser gandeiro. Ademais, a iste paso, as aseguradoras no queren saber nada das granxas', lamenta. También hizo sus propias averiguaciones sobre el paradero de sus terneros, durante las que escuchó todo tipo de versiones. 'A Garda Civil non di nada de nada e entre a xente escoitas de todo, pero o que está claro é que hai moito medo e todos estamos moi asustados, porque algo así fúndete na miseria', asevera.

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