Los gigantes enamorados del Rey y la Reina recorrieron ayer las principales calles de Ourense, como parte de la iniciativa del Centro Comercial Aberto, en colaboración con la Concejalía de Cultura para conmemorar el Día de San Valentín de una forma tradicional.
Después de 20 años de no haberse realizado en la ciudad, la tradición de los gigantes y cabezudos regresó a las calles ourensanas, y qué mejor para hacerlo que en el tradicional Día de los Enamorados.
La iniciativa forma parte de las actividades programadas por el Centro Comercial Aberto, en colaboración con las concejalías de Cultura y Comercio, para celebrar el San Valentín.
Dos figuras gigantes, que representaban a un Rey y a una Reina, más conocidas como la pareja de los gigantes enamorados, partieron a las 12 del mediodía del Parque de San Lázaro para realizar un recorrido por las calles principales del centro ourensano.
Los gigantes fueron acompañados en su peregrinaje por decenas de niños y jóvenes, a quienes se les regalaron caramelos en forma de corazón, los cuales alegraron su día, pues tal como dijo alguien durante el paseo: Barriga llena, corazón contento.
De esta forma, Ourense celebró el Día de los Enamorados enmarcado en un ambiente de alegría y tradición, pues las nuevas costumbres consumistas se unieron al folclore ourensano, creando un festejo muy particular.
La iniciativa forma parte de las actividades programadas por el Centro Comercial Aberto, en colaboración con las concejalías de Cultura y Comercio, para celebrar el San Valentín.
Dos figuras gigantes, que representaban a un Rey y a una Reina, más conocidas como la pareja de los gigantes enamorados, partieron a las 12 del mediodía del Parque de San Lázaro para realizar un recorrido por las calles principales del centro ourensano.
Los gigantes fueron acompañados en su peregrinaje por decenas de niños y jóvenes, a quienes se les regalaron caramelos en forma de corazón, los cuales alegraron su día, pues tal como dijo alguien durante el paseo: Barriga llena, corazón contento.
De esta forma, Ourense celebró el Día de los Enamorados enmarcado en un ambiente de alegría y tradición, pues las nuevas costumbres consumistas se unieron al folclore ourensano, creando un festejo muy particular.
