Las cartas anónimas que recibieron en el mes de noviembre seis vecinos de Verín, solicitándoles dinero aunque sin concretar la cantidad ni dónde depositar la cuantía, están escritas en castellano, pero muy mal redactadas y con múltiples erratas, según se desprende del primer análisis que realizó la Guardia Civil tras la denuncia de las víctimas.
Las misivas están siendo analizadas en profundidad en el laboratorio de Criminalística que el instituto armado tiene en Madrid, con el objetivo de encontrar algún tipo de huella en el papel que permitan identificar al autor. Pero el cuartel de Verín se quedó con una copia y los agentes, mientras no llega el resultado del análisis de los originales, revisan la caligrafía y el papel al tiempo que lo contrastan con otros documentos archivados en las dependencias tras una operación policial.
El texto de los seis anónimos es el mismo y, según la Guardia Civil, se parece más a un mensaje de teléfono móvil que a una carta.
Los investigadores ya interrogaron a ocho delincuentes fichados con domicilio en la comarca de Monterrei pero su testimonio no arrojó luz a la investigación.
En los anónimos se indica a los seis afectados que tendrán que esperar a una segunda carta, en la que ya se fijaría la cantidad del dinero a entregar, forma de hacerlo, fecha y lugar. La Guardia Civil vigila las oficinas de Correos (las cartas fueron enviadas desde mismo Verín), aunque no cree que esa segunda misiva llegue a ser enviada. Los agentes sospechan que los anónimos son fruto de una 'chiquillada' que tenía como fin asustar a los afectados.
El texto de los seis anónimos es el mismo y, según la Guardia Civil, se parece más a un mensaje de teléfono móvil que a una carta.
Los investigadores ya interrogaron a ocho delincuentes fichados con domicilio en la comarca de Monterrei pero su testimonio no arrojó luz a la investigación.
En los anónimos se indica a los seis afectados que tendrán que esperar a una segunda carta, en la que ya se fijaría la cantidad del dinero a entregar, forma de hacerlo, fecha y lugar. La Guardia Civil vigila las oficinas de Correos (las cartas fueron enviadas desde mismo Verín), aunque no cree que esa segunda misiva llegue a ser enviada. Los agentes sospechan que los anónimos son fruto de una 'chiquillada' que tenía como fin asustar a los afectados.
