DÍA MUNDIAL DE LA CRUZ ROJA

De la guerra de Cuba a Ourense

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photo_camera Taller con personas mayores

Cruz Roja celebra hoy su Día Mundial, pero en Ourense esta entidad tiene otro motivo de fiesta: se cumplen 20 años desde su traslado a la sede que ocupa actualmente, y que logró la implicación de toda la sociedad ourensana.

El nombre de Cruz Roja resonará hoy de forma especial en todos los rincones del mundo, con motivo de su día internacional. La fecha fue elegida para recordar el aniversario del nacimiento de Jean Henry Dunant, ciudadano suizo que en 1863 fundó el primer Comité Mundial de la Cruz Roja en Ginebra. Pero la entidad ourensana tendrá este mes otro motivo añadido de celebración, ya que el día 20 se cumplirán veinte años desde que pasó a ocupar su nueva sede en la la calle Díaz de la Banda, viendo cumplido entonces, en el año 1996, un sueño largamente perseguido, y en el que la sociedad ourensana se implicó de manera contundente.

Desde que Cruz Roja en Ourense fuera fundada el 21 de octubre de 1893 en el salón de sesiones de la Diputación de Ourense, con Ramón Quesada Borrajo, licenciado en Medicina y Cirugía y decano de la Beneficencia Provincial hasta la actualidad como primer presidente, hasta la actualidad, con Felipe Ferreiro al frente de una entidad que ahora tiene ocho asambleas comarcales, una delegación en Xinzo de Limia, más de 4.000 personas voluntarias, 78 profesionales y más de 8.600 socios, el camino recorrido por esta institución en la provincia, con gran prestigio en todo el mundo, ha sido largo y en muchos casos, un gran desconocido.

La Guerra de Cuba, en el año 1895, convirtió a Ourense en un importante protagonista, ya que desde aquí se canalizaron todos los esfuerzos para atender a los combatientes y fue fundamental su intervención en la repatriación de los soldados heridos, que no fueron, precisamente bien recibidos a su regreso al país, al considerar que eran los responsables de la pérdida de la isla. La red hospitalaria creada en ese momento puso su mirada en Ourense por su situación geográfica, al conectar la costa con el interior de la península, teniendo que hacer frente a enormes gastos para ayudar a los enfermos repatriados.

Entrado ya el nuevo siglo, el año 1914, inicio de la Primera Guerra Mundial, se crea la sección auxiliar de Damas de la Cruz Roja, con Ángela Santamarina Temes, marquesa de la Atalaya Bermeja, como presidenta. El antiguo convento de Santo Domingo, ya desparecido y reemplazado en la actualidad por la delegación de Hacienda, estas damas daban meriendas a 24 menores durante 3 meses. Este mismo convento fue también un dispensario antituberculoso en 1921, enfermedad que en aquellos años se cobraba un gran número de vidas. En 1931, Cruz Roja se instaló en unos locales ubicados en la calle Fonte do Rei, cedidos por la Diputación, donde permaneció hasta el año 1996, creando un nuevo dispensario con un cuarto de Socorro y un comedor infantil. La guerra civil que azotó al país durante tres años, militarizó esta institución en su esquema y organización, y durante la contienda fue la intermediaria de información entre los dos frentes.

Por desgracia, otra guerra, la segunda, volvió a dar protagonismo a la entidad ourensana al preocuparse por los prisioneros españoles en la entonces Unión Soviética, miembros de la División Azul.

En el año 1986, esta organización no gubernamental emprende en España su reto definitivo: la democratización de sus estructuras, la desmilitarización de los cuerpos de socorro y emergencia y la ampliación de su campo de actuación a la intervención social en favor de las personas y colectivos más desfavorecidos. Ourense superó el reto dando, en la actualidad, cobertura a las necesidades de colectivos especialmente vulnerables, con ayudas y programas de empleo.

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