El director de la Unidad de Investigación Nuclear del Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (Ciemat), Luis Enrique Herranz, asegura que 'no debemos temerle' a este tipo de energía, pero 'sí garantizar su seguridad al máximo nivel'. De este modo, considera que lo ocurrido en la central japonesa de Fukushima no tiene por qué sentar precedente en el debate sobre su uso puesto que 'las cifras hablan por sí solas' e indican que las fuentes nucleares están 'entre las mejores de todas las industrias, incluso en términos de fallecimiento, causa de cáncer o efectos sobre la atmósfera'.
Herranz estuvo ayer en Ourense para explicar las causas y consecuencias del incidente japonés, del que están a punto de cumplirse dos años. En una conferencia organizada por la Fundación Cum Laude, ofreció los elementos necesarios para que los asistentes pudiesen 'comprender mejor cómo sucedió y evolucionó' el escape nuclear de Fukushima.
Al pedirle una explicación genérica y comprensible para todos Herranz cuenta que el tsunami 'hizo imposible acceder a ninguna fuente de alimentación eléctrica', de modo que los sistemas de refrigeración quedaron inutilizados, desencadenándose de este modo 'varios accidentes severos'. Sin embargo, Luis Enrique Herranz también quiere dejar claro que 'la central nuclear reaccionó perfectamente, sin ninguna pérdida de funcionalidad', a un terremoto 'de la máxima magnitud registrada, y olas también de las más altas'.
ACCIÓN HEROICA
Los estudios que el director de seguridad ha realizado sobre la zona japonesa plasmados en el artículo 'Fukushima: el accidente severo' le han valido el premio Nuclear España 2012. Para él es un capítulo 'que nunca se ha cerrado' dentro del ámbito profesional porque, tras el accidente, 'la mayor parte de las centrales nucleares del mundo se han revisado para conocer su respuesta en casos tan extremos'. En España, según cuenta Herranz, 'se han hecho ensayos y todos están de acuerdo en que la reacción es ejemplar'.
Sin embargo, lo verdaderamente 'encomiable' es la actuación de los técnicos de Fukushima -que le valió un premio Príncipe de Asturias-. De ellos destaca Luis Enrique Herranz 'su dedicación', pero incide en la necesidad de tener en cuenta que 'trabajaron a sabiendas de que familiares suyos habían fallecido' y, por eso, la tensión emocional se sumaba a la propia de la situación que estaban viviendo.
Dos años después, sigue sin tener respuesta la pregunta de cuándo Fukushima volverá a ser lo que era. 'La radiactividad tiene cierta direccionalidad y no todas las zonas contaminadas tienen la misma carga', de modo que algunas se regenerarán antes y otras necesitarán años.
Al pedirle una explicación genérica y comprensible para todos Herranz cuenta que el tsunami 'hizo imposible acceder a ninguna fuente de alimentación eléctrica', de modo que los sistemas de refrigeración quedaron inutilizados, desencadenándose de este modo 'varios accidentes severos'. Sin embargo, Luis Enrique Herranz también quiere dejar claro que 'la central nuclear reaccionó perfectamente, sin ninguna pérdida de funcionalidad', a un terremoto 'de la máxima magnitud registrada, y olas también de las más altas'.
ACCIÓN HEROICA
Los estudios que el director de seguridad ha realizado sobre la zona japonesa plasmados en el artículo 'Fukushima: el accidente severo' le han valido el premio Nuclear España 2012. Para él es un capítulo 'que nunca se ha cerrado' dentro del ámbito profesional porque, tras el accidente, 'la mayor parte de las centrales nucleares del mundo se han revisado para conocer su respuesta en casos tan extremos'. En España, según cuenta Herranz, 'se han hecho ensayos y todos están de acuerdo en que la reacción es ejemplar'.
Sin embargo, lo verdaderamente 'encomiable' es la actuación de los técnicos de Fukushima -que le valió un premio Príncipe de Asturias-. De ellos destaca Luis Enrique Herranz 'su dedicación', pero incide en la necesidad de tener en cuenta que 'trabajaron a sabiendas de que familiares suyos habían fallecido' y, por eso, la tensión emocional se sumaba a la propia de la situación que estaban viviendo.
Dos años después, sigue sin tener respuesta la pregunta de cuándo Fukushima volverá a ser lo que era. 'La radiactividad tiene cierta direccionalidad y no todas las zonas contaminadas tienen la misma carga', de modo que algunas se regenerarán antes y otras necesitarán años.
