REPORTAJE

Hostelería, un refugio inversor

Ourense. 07-01-14. Local. Restaurante San miguel.
Foto. Xesús Fariñas
photo_camera Ourense. 07-01-14. Local. Restaurante San miguel. Foto. Xesús Fariñas

La hostelería en Ourense es el refugio de muchas inversiones, como lo demuestra la reciente compra del restaurante San Miguel. Bares, cafeterías o restaurantes siguen seduciendo a los empresarios

El turismo da algunos réditos a la provincia, no muchos, pero hay quien cree a pies juntillas en el desarrollo del sector, sobre todo conformar un marchamo de calidad, una etiqueta vinculada a la gastronomía y hostelería en general. "Gran parte do futuro é o turismo e os servizos, sobre todo no que se refire a termalismo porque a industria é pouca e a construcción veuse abaixo definitivamente e vai ser dificil que se recupere". Quien así se expresa es José Luis González, propietario del restaurante Pingallo, que reabrió al público la pasada primavera. Está ubicado en la calle San Miguel, donde está también el histórico restaurante del mismo nombre que ahora tiene nuevos dueños, como adelantó ayer La Región. "É importante que lle vaia ben porque iso beneficia a todos", añade el dueño del Pingallo, refiriéndose a una eventual reapertura del San Miguel, unos portales más abajo de donde él tiene su negocio.


Ourense fía buena parte de sus inversiones empresariales al sector servicios, como lo demuestra la estructura productiva de la provincia. Esto no es nuevo porque la construcción y la hostelería fueron el refugio de muchos ahorros que trajeron los emigrantes en su regreso a finales de los años 70 y 80 del pasado siglo. Según el Servicio Público de Empleo Estatal, hay casi 7.000 ourensanos que trabajan en el epígrafe de "servicios de comidas y bebidas", y los contratos que realizan las empresas del gremio suponen más de un 11% del total, con una cantidad que se aproxima a los 6.500, según la misma fuente.


Los nuevos propietarios del San Miguel tendrán que hacer una inversión fuerte para poner en valor el negocio que abrió en el año 1951 Julio Martínez. Es precisamente en la hostelería donde se están acometiendo en los últimos años las inversiones más importantes, pero no es oro todo lo que reluce. Gonzalo Carballeda, propietario de la cafetería Tragaluz, junto a la puerta norte de la catedral, y anteriormente gestor de varias discotecas en la ciudad y en otros lugares de Galicia, percibe que "entramos en el riesgo de que haya una saturación de oferta para la demanda que hay actualmente en la ciudad". En su opinión, "hay que ser muy valiente para acometer hoy una inversión importante en hostelería y si a un negocio le va bien, está claro que será en detrimento de otros".
Para bien o para mal, el comercio y la hostelería son el pulmón sociolaboral de la provincia, el más ágil para contratar, pero el que más sufre el parón del consumo. El paro subió en Ourense en 60 personas en diciembre, pero en el gremio comercial y de hostelería bajó en más de 200, según el Ministerio de Empleo. José Luis González dice que "Ourense non medra e somos fundamentalmente unha cidade de servizos na que temos que contar con grandes profesionais  que sexan capaces de atraer á xente".


El sector sigue siendo el refugio laboral de muchos jóvenes ya que, según el Gobierno, en Ourense las ocupaciones con más demanda para menores de 30 años son camareros, con más de 4.000 contratos anuales. Pero ojo, "la hostelería no es solo ver los locales llenos en Navidad, ahora quedan unos meses que van a ser muy duros", enfatiza Gonzalo Carballeda.

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