La huella de la fundición ourensana de Malingre en Vigo

Ana Malingre, historiadora, recupera la historia de sus antepasados.
photo_camera Ana Malingre, recupera la historia de sus antepasados.

Barandillas en los edificios de la burguesía, esculturas y tapas de registro con el sello Malingre se extienden por Vigo. Hasta se le atribuye un ángel en el cementerio de Pereiró, similar al de la familia Ferro en el de San Francisco

La Fundición Malingre de Ourense fue un hito en su época y Vigo conserva algunos de sus vestigios. El belga Manuel Malingre la fundó entre finales de 1864 y comienzos de 1865 y su tataranieta, la historiadora Ana Malingre Rodríguez, la ha recuperado en su tesis doctoral. 

Muchos edificios de la burguesía viguesa tienen elementos de hierro de la Fundición Malingre y en la ciudad hay también esculturas y tapas de registro, de una fundición que desapareció a finales de los años 70 del siglo pasado. Malingre además mantuvo una estrecha relación profesional y familiar con Sanjurjo y su fundición viguesa.

El belga Malingre llegó a España contratado para la fábrica de armamento de Trubia, en Asturias. A su muerte su familia se queda en España y dos hijos se trasladan a Ourense por el proyecto del ferrocarril y así nace la fundición.

La importancia de la fábrica de Ourense reside en que no existen fundiciones en España con métodos modernos, que se abastecían de carbón de coque y abandonaban la madera para fundir el hierro, además de utilizar moldes para replicar piezas, explica Ana Malingre. “En Europa están apareciendo nuevas técnicas que en España no conocemos. La verdadera revolución de Malingre es que cogen hierro en barras y carbón de coque y en un horno pequeño las funden y las van a utilizar para replicar las piezas varias veces con un molde. Es la producción en serie para edificación o tubos para alcantarillado, en un momento en que se estaba extendiendo el abastecimiento de aguas”. Malingre hizo también muchos potes de hierro y cocinas económicas e incluso campanas.

“Malingre traía el carbón y el hierro por el Puerto de Vigo y luego en carretas a Ourense, porque el tren tardó mucho en llegar”, explica Ana Malingre. 

En esa época la familia Sanjurjo crea una pequeña fundición en A Coruña y luego un hijo se traslada a Vigo. Fraguarían una amistad que duró toda la vida e incluso Sanjurjo fue padrino de un Malingre.

“El hierro era el material de moda y llegó a haber fundiciones en todas las provincias. Hay mucho material en galerías, balcones, puertas, balaustradas o mobiliario urbano. También es la época de los cafés y se utiliza para patas de mesas y sillas, también en bancos de jardines”, precisa Ana Malingre.

Las tapas de registro, uno de los muchos artículos que salieron de la Fundición Malingre de Ourense.
Las tapas de registro, uno de los muchos artículos que salieron de la Fundición Malingre de Ourense.

La tesis de Ana Malingre recoge la huella de la fundición en Vigo en balcones como los del edificio Odriozola, que acoge a la Agencia de Pesca. “No hay ningún balcón en Ourense de este modelo”. En la obra se decidió conservar los balcones de fundición, pero muchos de los balaustres se encontraban en malas condiciones, por lo que se llevaron viejas piezas de la barandilla a Fundiciones Pardo en Lugo y allí se sacó el molde y se reprodujo. Los  nuevos balaustres se pintaron en negro, antes eran en plata.

En Vigo hay balcones de Malingre en Montero Ríos, en edificios de Urzaiz, calle México, Alfonso XIII, Cervantes, Colón, Ronda de Don Bosco, Loriga, Ecuador, Progreso, Velázquez Moreno, Carral, Luis Taboada, Plaza de Compostela, Victoria, Oporto, García Barbón, García Olloqui, Tomás Alonso, en Bouzas en la calle Santo Cristo, Camilo Veiga y Pi y Margall, así como en  Sanjurjo Badía, República Argentina y Rosalía de Castro, según figura en la tesis doctoral de Ana Malingre.

La historiadora señala que “se le atribuye un ángel en el cementerio de Pereiró, muy similar al ángel de la capilla funeraria de la familia Ferro del cementerio de San Francisco de Ourense”.

Como curiosidad, el restaurante Celme Galego de Valladares, en Camiño do Portal, conserva un pote de Malingre.

La relación con Sanjurjo y su fundición está documentada en un libro de cuentas de Malingre de los años 30, donde anota balcones para Sanjurjo y que Sanjurjo le pide potes y balcones.

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