Juan Echanove e Imanol Arias, protagonistas de la serie de TVE 'Un país para comérselo', disfrutaron ayer de la magnífica gastronomía de la comarca de Carballiño y lo hicieron en el monumento histórico por excelencia de la zona, el monasterio de Oseira.
Pese al desapacible día de intensa lluvia, el rodaje se iniciaba en torno al mediodía, con tomas en el horno en donde los monjes preparan las pastas artesanales y en la licorería, lugar de elaboración del famoso 'Eucaliptine'. El equipo, acompañado por representantes del Inorde, que apoya economicamente el rodaje del programa en distintos lugares de la provincia, y del alcalde de Cea, José Luis Valladares, participaba seguidamente en una comida en el centro social del pueblo a base de empanada tarreo (tocino, chorizo, cebolla y pimiento) elaborada en un horno de Cea, además de 'pulpo á feira', carne richada y postres, todo regado con vino mencía de la Ribeira Sacra.
Carmen Moure, pulpeira de Arcos, los esperaba en el monasterio con la caldera en el fuego, el pulpo más grueso, por ser el más valorado, la pieza del pan de Cea y el aceite Abril ecológico. Todo a punto para rodar la escena en que Inmanol Arias se encontraba con Juan Echanove para ser testigos del ritual gastronómico de la pulpeira. La comunidad de monjes también hizo su aportación a la serie, con el 'Eucaliptine', que degustaron encantados los protagonistas.
Por la mañana, ya habían estado en el horno de Carlos Rodríguez probando el pan artesanal, del que quedaron gratamente sorprendidos.
Carmen Moure, pulpeira de Arcos, los esperaba en el monasterio con la caldera en el fuego, el pulpo más grueso, por ser el más valorado, la pieza del pan de Cea y el aceite Abril ecológico. Todo a punto para rodar la escena en que Inmanol Arias se encontraba con Juan Echanove para ser testigos del ritual gastronómico de la pulpeira. La comunidad de monjes también hizo su aportación a la serie, con el 'Eucaliptine', que degustaron encantados los protagonistas.
Por la mañana, ya habían estado en el horno de Carlos Rodríguez probando el pan artesanal, del que quedaron gratamente sorprendidos.
