Frente a una denuncia penal por supuesta conducta médica negligente, los juzgados recurren por defecto al Instituto de Medicina Legal de Galicia (Imelga). Tiene mucho que decir al respecto. Sus forenses son especialistas en evaluar si las actuaciones médicas denunciadas se han sometido o no al protocolo sanitario. En los últimos tres años los juzgados de la provincia cursaron al Imelga 18 solicitudes de análisis de otras tantas denuncias por la vía penal dirigidas contra el Servicio Galego de Saúde (Sergas) en Ourense.
Pacientes y familiares asumen cada vez con menos tolerancia la posibilidad del error humano. Cuanta más tecnología, entienden que menor margen debe haber para falibilidad. Pero, ¿existe la infalibilidad? Frente a los avances técnicos, la posibilidad de que algo, en medicina, no salga como se aguarda tiende a atribuirse a una negligencia imperdonable, señala Julio Jiménez, director en Ourense del Instituto de Medicina Legal de Galicia (Imelga), y especialista en derecho sanitario.
Por eso es cada vez menos extraño recurrir a la vía penal para exigir al Sergas responsabilidades ante acciones médicas con resultado no deseado. Entre mayo de 2006 y 2009 se han evaluado en el Imelga (del que los juzgados demandan informes que confirmen si las actuaciones siguieron o no los protocolos) 18 denuncias de negligencias en Ourense. De ellas, 13 se cursaron por hechos derivados de ejercicios quirúrgicos. Analizadas por especialidades, cinco se dirigieron a ginecología, cuatro a trauma, tres a medicina interna, dos a urgencias, y una a oncología, cirugía digestiva, atención primaria y otorrinología.
Para que exista en términos estrictos una negligencia, bien por conducta descuidada, o porque ha mediado impericia del que la realiza, no es preciso que se derive un resultado negativo, aclara Julio Jiménez. Una negligencia es una conducta, no un resultado. El médico tiene la obligación de poner a disposición del paciente todos los medios intelectuales y materiales a su alcance, pero no la obligación de obtener un resultado. De hecho, puede producirse un grave daño en la salud del paciente y no por ello existir negligencia; y viceversa.
En lo que ha transcurrido de 2009, el Imelga apenas ha tenido que estudiar, a instancias de una solicitud judicial, una denuncia penal, mientras que fueron cinco en 2008.
Juzgar una imprudencia resulta en ocasiones extremadamente complejo, y de hecho hay casos que entraron en 2006 en el Imelga de los que no se han cerrado todavía las conclusiones por la difultad que presenta el seguimiento de las actuaciones.
El tumor de mama lidera las imprudencias
Las complicaciones durante el parto y los retrasos en los diagnósticos son las causas principales de demandas interpuestas por pacientes contra personal médico y hospitales, según un estudio elaborado por Domingo Bello Janeiro, catedrático de Derecho Civil de la Universidad de A Coruña. Por especialidades, ginecología y la cirugía estética son las que más denuncias reciben. Sin embargo, una vez examinados por los jueces los casos, las sentencias señalan que la mayoría de errores se dan en infartos y tumores de mama. Según datos de 2007, tal y como refleja el libro de Bello Janeiro, el Sergas fue condenado a pagar 1,8 millones de euros en indemnizaciones en toda Galicia. Sólo en una sentencia, debió abonar medio millón a la familia de un bebé.
Cuando una denuncia por negligencia llega al Instituto de Medicina Legal, el procedimiento que se activa incluye buscar bibliografía, en ocasiones recabar nuevas actuaciones al juzgado, pero sobre todo analizar concienzudamente cada elemento recogido en el historial clínico del paciente. Nada que no aparezca reflejado en la historia clínica de un paciente acostumbra a alcanzar valor para un juez. Si alguna actuación no aparece, por decirlo así, es que no se ha producido, aunque pueda haber ocurrido, señala el director del Imelga.
Por eso es cada vez menos extraño recurrir a la vía penal para exigir al Sergas responsabilidades ante acciones médicas con resultado no deseado. Entre mayo de 2006 y 2009 se han evaluado en el Imelga (del que los juzgados demandan informes que confirmen si las actuaciones siguieron o no los protocolos) 18 denuncias de negligencias en Ourense. De ellas, 13 se cursaron por hechos derivados de ejercicios quirúrgicos. Analizadas por especialidades, cinco se dirigieron a ginecología, cuatro a trauma, tres a medicina interna, dos a urgencias, y una a oncología, cirugía digestiva, atención primaria y otorrinología.
Para que exista en términos estrictos una negligencia, bien por conducta descuidada, o porque ha mediado impericia del que la realiza, no es preciso que se derive un resultado negativo, aclara Julio Jiménez. Una negligencia es una conducta, no un resultado. El médico tiene la obligación de poner a disposición del paciente todos los medios intelectuales y materiales a su alcance, pero no la obligación de obtener un resultado. De hecho, puede producirse un grave daño en la salud del paciente y no por ello existir negligencia; y viceversa.
En lo que ha transcurrido de 2009, el Imelga apenas ha tenido que estudiar, a instancias de una solicitud judicial, una denuncia penal, mientras que fueron cinco en 2008.
Juzgar una imprudencia resulta en ocasiones extremadamente complejo, y de hecho hay casos que entraron en 2006 en el Imelga de los que no se han cerrado todavía las conclusiones por la difultad que presenta el seguimiento de las actuaciones.
El tumor de mama lidera las imprudencias
Las complicaciones durante el parto y los retrasos en los diagnósticos son las causas principales de demandas interpuestas por pacientes contra personal médico y hospitales, según un estudio elaborado por Domingo Bello Janeiro, catedrático de Derecho Civil de la Universidad de A Coruña. Por especialidades, ginecología y la cirugía estética son las que más denuncias reciben. Sin embargo, una vez examinados por los jueces los casos, las sentencias señalan que la mayoría de errores se dan en infartos y tumores de mama. Según datos de 2007, tal y como refleja el libro de Bello Janeiro, el Sergas fue condenado a pagar 1,8 millones de euros en indemnizaciones en toda Galicia. Sólo en una sentencia, debió abonar medio millón a la familia de un bebé.
Cuando una denuncia por negligencia llega al Instituto de Medicina Legal, el procedimiento que se activa incluye buscar bibliografía, en ocasiones recabar nuevas actuaciones al juzgado, pero sobre todo analizar concienzudamente cada elemento recogido en el historial clínico del paciente. Nada que no aparezca reflejado en la historia clínica de un paciente acostumbra a alcanzar valor para un juez. Si alguna actuación no aparece, por decirlo así, es que no se ha producido, aunque pueda haber ocurrido, señala el director del Imelga.
