En la vivienda afectada no había nadie al iniciarse el fuego, posiblemente a causa de un cortocircuito

Un incendio en la cocina de un piso de la ciudad obligó a desalojar a diez personas

Un bombero entra en la casa siniestrada. La humareda era densa en el interior y las escaleras.
Un incendio en una vivienda de la ciudad obligó ayer a los bomberos a sacar urgentemene a diez personas de sus casas ante el temor de que las llamas se propagarán. En el inmueble afectado no había nadie en el momento de iniciarse el fuego.

Diez vecinos del portal número 33 de la calle San Rosendo, en el barrio de A Ponte de la ciudad de As Burgas, tuvieron que salir ayer corriendo de sus casas ante el temor de resultar intoxicados por el humo de un incendio o quedar abrasados entre las llamas.
El fuego se declaró en la cocina de un séptimo piso, posiblemente a causa de un cortocircuito en el sistema de fluido eléctrico. Eran las ocho de la tarde y en la vivienda afectada no había nadie, pero la densa humareda que se formó en las escaleras y ascensor alarmó a los vecinos, que alertaron de la situación a los bomberos y a la Policía Local.

Los propios vecinos les indicaron la procedencia del humo y los bomberos forzaron la puerta para acceder al interior del inmueble y poder sofocar las llamas, que calcinaron totalmente la cocina y dejaron enegrecida el resto de la vivienda.

Pero mientras los bomberos realizaban su trabajo, la Policía Local acordonaba la zona y desalojaba los pisos más cercanos al afectado, en total diez personas. Parte de ellos se disponía a cenar pero tuvieron que abandonar la mesa y salir con los puesto a la calle, donde permanecieron más de una hora, el tiempo que emplearon los efectivos de extinción en controlar el incendio. ’Había mucho humo en las escaleras, el olor a plástico y madera ardida era insoportable’, explicaba uno de los afectados.

Los bomberos y la Policía Local, ante la densa humareda, se plantearon incluso desalojar a los vecinos de pisos colindantes pero al final no fue necesario.

Los efectivos de extinción cortaron el fluido eléctrico y retiraron todas las botellas de gas que había en el edificio para evitar una posible explosión a causa de las altas temperaturas que se alcanzaron en la parte más alta de las escaleras de acceso y en el interior de la vivienda afectada. La situación congregó a incontables curiosos en la calle San Rosendo que fue cortada al tráfico rodado mientras duraron las tareas de extinción.

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