A última hora de la tarde de ayer, los equipos de extinción se esforzaban en controlar el incendio forestal que a las 13,59 horas se declaraba en la zona de San Gil Vello, en el entorno de Casaio (Carballeda de Valdeorras). A las 20,00 horas, ya habían ardido 150 hectáreas, fundamentalmente de monte bajo, a pesar del amplio despliegue de medios de la Consellería do Medio Rural.
La difícil orografía complicó los trabajos desarrollados para apagar un fuego cuyo origen deberá determinar la investigación que los técnicos iniciarán nada más estar extinguido. Fuentes consultadas no descartaban ninguna posibilidad, incluida la de que hubiese sido provocado, bien debido a una negligencia, bien intencionadamente. Cuando menos, las condiciones meteorológicas de ayer fueron muy distintas a las existentes cuando comenzó el fuego de la parroquia de Riodolas (Carballeda de Valdeorras), que arrasó 10.500 hectáreas, incluidas decenas de construcciones, de los concellos de Carballeda, O Barco y Rubiá.
El fuego causó una fuerte inquietud entre los vecinos de los concellos que sufrieron este último incendio y que arrasó durante 13 días los tres concellos. Pese a ello, el mayor susto lo llevaron dos excursionistas que debían regresar del Teixadal por los parajes que ardieron ayer y que tuvieron que ser recogidas en la zona de Valborraz.
Para los trabajos de extinción, la Consellería do Medio Rural movilizó 3 agentes, 12 brigadas, 5 motobombas, 1 pala, 7 aviones y 7 helicópteros.
