Un incendio en una habitación del Hospital de Piñor, perteneciente a la red integrada del Complexo Hospitalario, obligó en la tarde de ayer a evacuar a los internos de la tercera planta del inmueble para evitar posibles intoxicaciones por monóxido de carbono. Los pacientes, que a esa hora estaban acompañados por numerosos familiares -la tarde de domingo es día de visita en el centro- fueron sacados hasta la sala de admisión, en la primera planta, a la espera de que los bomberos sofocaron las llamas y se ventilasen las instalaciones.
El fuego se declaró pasadas las seis de la tarde posiblemente a causa de la colilla de un cigarrillo mal apagado que quedó sobre las sábanas de una de las camas, en la habitación 306. El fuego se propagó con rapidez por las mantas y el colchón, que al ser ignífugo, comenzó a derretirse provocando una densa humareda y un fuerte olor, que inundó todas las instalaciones.
Desde el propio centro sanitario alertaron a los bomberos de Ourense, que acudieron de inmediato -cuatro unidades- al lugar, junto con una patrulla de la Policía Local, evitando que las llamas se propagasen al resto de habitaciones. También se desplazó una unidad de Protección Civil de Barbadás, que colaboró en las labores de extinción.
Los bomberos, una vez sofocado el fuego, forzaron los barrotes y la persiana de una de las ventanas de la habitación afectada para que pudiera entrar el aire y, así, evitar las posibles intoxicaciones por monóxido de carbono. Con todo, el olor se percibía en la misma entrada del centro sanitario.
El fuego generó alarma, incluso entre los vecinos con domicilio en los alrededores que, preocupados por las sirenas de los bomberos, se concentraron en los alrededores para recabar información. Mientras, en el interior el personal sanitario intentaba calmar a los pacientes y sus familiares, repitiendo de forma constante: 'Non pasou nada, todo quedou nun susto, xa pasou'.
A su vez, dos guardias de seguridad impedían en las escaleras de la segunda planta el acceso a la planta superior, tanto de pacientes como de sus familiares.
Los bomberos daban por sofocado el fuego pasadas las siete de la tarde, al tiempo que un agente de la Policía Local recababa datos con el objetivo de determinar con exactitud las causas del fuego.
MUTISMO DE LA DIRECCIÓN
Al lugar también acudieron miembros de la Gerencia de Xestión Integrada, que se negaron a facilitar información, pese a la alarma generada, del origen del incendio, así como de la zona afectada y los posibles daños, que podían verse en el foco del incendio, con la habitación ennegrecida por la densa humareda, igual que parte del pasillo.
El susto inicial del personal sanitario y de los pacientes y familiares se transformó poco después en cierta tranquilidad, una vez que se instalaron en las plantas bajas del edificio, especialmente en el hall y su entorno. Allí esperaron su ubicación definitiva una vez que los bomberos finalizaron su trabajo, a última hora de la tarde.
Desde el propio centro sanitario alertaron a los bomberos de Ourense, que acudieron de inmediato -cuatro unidades- al lugar, junto con una patrulla de la Policía Local, evitando que las llamas se propagasen al resto de habitaciones. También se desplazó una unidad de Protección Civil de Barbadás, que colaboró en las labores de extinción.
Los bomberos, una vez sofocado el fuego, forzaron los barrotes y la persiana de una de las ventanas de la habitación afectada para que pudiera entrar el aire y, así, evitar las posibles intoxicaciones por monóxido de carbono. Con todo, el olor se percibía en la misma entrada del centro sanitario.
El fuego generó alarma, incluso entre los vecinos con domicilio en los alrededores que, preocupados por las sirenas de los bomberos, se concentraron en los alrededores para recabar información. Mientras, en el interior el personal sanitario intentaba calmar a los pacientes y sus familiares, repitiendo de forma constante: 'Non pasou nada, todo quedou nun susto, xa pasou'.
A su vez, dos guardias de seguridad impedían en las escaleras de la segunda planta el acceso a la planta superior, tanto de pacientes como de sus familiares.
Los bomberos daban por sofocado el fuego pasadas las siete de la tarde, al tiempo que un agente de la Policía Local recababa datos con el objetivo de determinar con exactitud las causas del fuego.
MUTISMO DE LA DIRECCIÓN
Al lugar también acudieron miembros de la Gerencia de Xestión Integrada, que se negaron a facilitar información, pese a la alarma generada, del origen del incendio, así como de la zona afectada y los posibles daños, que podían verse en el foco del incendio, con la habitación ennegrecida por la densa humareda, igual que parte del pasillo.
El susto inicial del personal sanitario y de los pacientes y familiares se transformó poco después en cierta tranquilidad, una vez que se instalaron en las plantas bajas del edificio, especialmente en el hall y su entorno. Allí esperaron su ubicación definitiva una vez que los bomberos finalizaron su trabajo, a última hora de la tarde.
