El periodista ofrecerá mañana una conferencia en el Centro Cultural de la Diputación

Jesús Salgado: 'Sin los ricos, el mundo no existiría'

Jesús Salgado (Fradelo-Viana do Bolo, 1953) es licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense. Entre sus libros se encuentra ‘Riquísimos’.
En estos tiempos de crisis, ¿ser rico es una obscenidad o un logro?

Admitiendo que la crisis no respeta a ricos ni a pobres, hay que reconocer que no corren buenos tiempos para las grandes fortunas; y esto no sólo lo digo por los efectos negativos que tiene la actual situación, sino porque están cuasi obligados a pasar de puntillas para no molestar al común de los mortales que se las ve y las desea para llegar a fin de mes.

Su libro recoge la vida y milagros de ochenta y ocho ‘riquísimos’, ¿qué le han dicho cuando se han visto retratados en sus páginas?

A juzgar por las reacciones, han sido más los que se han quejado de aparecer el ranking que los que se han dirigido a mí esgrimiendo razones para su inclusión. No he tenido que hacer variaciones en ninguno de los casos, porque los datos financieros son los que son, y en ellos está basado el trabajo. En todo caso el libro no pretende ser una biografía, sino una investigación basada en una radiografía financiera y patrimonial de cada personaje.

Dígame un par de consejos para llegar a ser, por ejemplo, un Amancio Ortega.

Su caso entra dentro de los que se lo han trabajado. No podemos hablar de milagro, aunque sí haya tenido algún tipo de ayuda en los momentos delicados. Su vida ha sido, sigue siendo, un continuo trabajo. Llegar a ser Amancio Ortega, con una fortuna que ronda los 19.000 millones de euros, es duro, la verdad, y quizás no se lo recomiendo.

¿Cuáles han sido los métodos para poseer tanto dinero en España? ¿Abundan más los legales o los ilícitos?

Se lo adelantaba al principio. Nuestros ricos están donde están porque lo han heredado. Son fortunas que se han ido fraguando con el paso de los años, han superado varias crisis, y lo que es más difícil, varias generaciones. Ejemplo de ello es la Duquesa de Alba. En segundo lugar están aquellos que por intuición salieron del sótano económico y han creado impe rios tras varias décadas de sacrificios personales. Otros muchos se han quedado en el camino. Ahora lo difícil es encontrar al sucesor dentro de la familia para que continúe con el negocio. Amancio Ortega es un buen ejemplo de ello. Finalmente están los arribistas, los reyes del pelotazo, aquellos que vieron un solar urbanizable donde usted y yo no veíamos más que un huerto. Generalmente no ha habido nada ilegal o delictivo. Han jugado como trileros.

¿Es cierto que los ricos viven más solos?

Poner rostro a una gran fortuna acarrea cierta soledad personal y social. Primero te obliga a tomar ciertas medidas de seguridad y, como sucede con los panales de rica miel a los que acuden cientos de moscas, aparecen de la nada amigos circunstanciales. Una fortuna abultada obliga a sus titulares a cierta endogamia tanto desde un punto de vista personal como financiero. Los hijos frecuentan los colegios de los otros millonarios y las fortunas acaban coincidiendo en muchas sociedades e inversiones inmobiliarias. En este sentido, hay una estrecha relación de amor y odio entre las grandes fortunas.

Sin los ricos, el mundo sería como...

No existiría. El hombre por naturaleza tiende a compararse con su semejante en todo para hacerse valer; así son las cosas.

¿Los ricos se quieren o se odian entre ellos?

Yo diría que se respetan, pero a nadie se le oculta que existen puñaladas. Estoy convencido que el que aparece el puesto 88 no estará satisfecho en absoluto pese a disfrutar de un patrimonio de 600 millones de euros.


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