ENTREVISTA

José María Faílde: "Fue indecente el trato a los mayores en la pandemia, hay que hacer justicia"

El profesor de la Universidade de Vigo José María Faílde. (JOSÉ PAZ)
photo_camera El profesor de la Universidade de Vigo José María Faílde. (JOSÉ PAZ)

José María Faílde es el Presidente de la Sociedade Galega de Xerontoloxía e Xeriatría.

Físicamente, son más vulnerables, pero mentalmente mucho más fuertes. Las personas mayores recibieron un trato indecente durante la pandemia, según asegura a este diario el nuevo presidente de la Sociedade Galega de Xerontoloxía e Xeriatría, José María Faílde. Este doctor en Psicología y profesor de la Universidade de Vigo en el Campus de Ourense critica el viejismo o discriminación a los ancianos durante la crisis sanitaria, y hace un llamamiento para aprender de los errores y no repetir los mismos fallos e injusticias.

¿A partir de qué  edad podemos decir que somos viejos?

Hay dos criterios. A nivel internacional es a partir de los 70 años y en la Unión Europea, a partir de los 65. Preferimos decir persona mayor a viejo, porque viejo tiene una connotación más negativa. 

¿Envejecer es un triunfo?

El envejecimiento poblacional es un éxito, es un gran logro social, porque ha supuesto un avance en la atención sociosanitaria. A principios del siglo XX, la esperanza de vida en España rondaba los 33 o 34 años, y hoy está en torno a los 84 años; es la segunda más alta tras Japón. Para las mujeres está en torno a los 86 años.

Antes los abuelos eran la figura principal de la familia. ¿Han sido desplazados por los niños?

La vejez ha estado mejor tratada en otros momentos de la historia. En el Renacimiento, el culto al cuerpo de la Grecia clásica se recuperó y las sociedades empezaron a valorar más la juventud y las personas mayores quedaron invisibilizadas. En el ámbito político, a las personas se las ha criticado por la edad y no por su valía; y la edad puede suponer más experiencia y menos aferramiento al cargo. La sociedad le está dando a las personas mayores un tratamiento edadista. El edadismo es el tercer “dañismo” tras el racismo y el sexismo. Es una discriminación por edad y unos prejuicios más sutiles. Y dentro del edadismo, hay un tipo de discriminación que llamamos viejismo, que es la discriminación por el hecho de ser mayor.

Ourense está entre las cuatro provincias más envejecidas de España. ¿Los servicios sociales y la sanidad se han adaptado para atender a esta población?

Efectivamente, Ourense tiene una tasa de envejecimiento muy superior a la media nacional y es la provincia más envejecida de Galicia. El número de personas que sobrepasan los 65 años en Ourense está en torno al 34%, frente a la media nacional, que es de un 19 o 20%. El envejecimiento de Ourense es el que tendrá la Unión Europea en su conjunto en el año 2050. Somos una provincia altamente envejecida y con una tasa de personas centenarias muy alta. 

¿Y qué reto plantea afrontar ese envejecimiento?

Los cuidados de larga duración de las personas mayores. En Galicia, hay dos unidades de atención geriátrica que están en los hospitales Meixoeiro y el Lucus Augusti. Una de nuestras reivindicaciones es que se creen unidades de atención de geriatría en todas las grandes ciudades gallegas. Una persona mayor necesita una atención sanitaria de calidad y eso implica un conocimiento de los procesos del envejecimiento. 

En la pandemia, parte de la población descubrió que los mayores son los más vulnerables. ¿Hemos aprendido la lección de que es una prioridad protegerlos?

Ojalá hubiésemos aprendido la lección, pero aprender la lección es hacer un ejercicio de humildad. Es evidente que nos enfrentamos a una pandemia mundial, pero no veo indicios de que hayamos aprendido algo. Hay que investigar a fondo cuáles son las razones de nuestros fallos para aprender de ellos. Se ha demostrado el edadismo en el momento de la epidemia; ha habido fallos, errores e injusticias en el tratamiento sanitario de las personas mayores, no solo por el hecho de que fueran biológicamente más vulnerables, que lo son desde el punto de vista fisiológico. Desde otros aspectos, como la salud biopsicosocial, desde la salud mental son muchos más fuertes. La salud mental mejora de forma espectacular y significativamente a partir de los 65 años y las personas son más felices. Como sociedad debemos justicia a los mayores; fue indecente el trato que dimos a las personas mayores en la pandemia.

Fue una decisión política.

Política y técnica porque quiero entender que los políticos fueron aconsejados por técnicos. A nivel sanitario, hay muchas cosas que mejorar. Es indecente; no puede ocurrir más. Me hubiese gustado ver una marea social que dijera “nunca máis” al trato indecente dado a las personas mayores en la pandemia. Las personas mayores ya representan más de dos tercios de la población y van a representar más porque somos una región muy longeva y en 2040 vamos a ser el país con la mayor esperanza de vida a nivel mundial y en Ourense tenemos las mismas tasas de centenarios que en Cerdeña u Okinawa.

 ¿Cómo se podría haber evitado la alta mortalidad de los mayores?

Amnistía Internacional, que normalmente reporta informes del tercer mundo, puso negro sobre blanco el trato a los mayores en la pandemia en España. Denunció que se negaron a atenderlos en Urgencias, la falta de medios y de atención sanitaria de los mayores frente a otros colectivos, y la falta de diligencia para atenderlos cuando hubo brotes. La diferencia del racismo y sexismo con el viejismo es que, si tenemos suerte, todos vamos a llegar a viejos.

¿Qué opina del nuevo modelo de residencias que ha aprobado el Gobierno que establece un máximo de 120 residentes y en el rural, de 75?

Es un modelo reciente que debemos analizar de manera pausada, además todavía desconocemos la totalidad del documento. Hay muchas cuestiones que plantea que son viejas reivindicaciones del sector, como humanizar más las residencias. Diría que se necesita mayor consenso y darle mayor dotación económica, porque si hay menos plazas, estas se encarecerán. Una plaza privada cuesta entre 1.800 y 2.000 euros mensuales, y el 70% de las plazas en residencias que hay en España son privadas; no hay suficientes plazas públicas. Buscamos un modelo ideal, pero alguien lo tiene que financiar. Hay que hablar de cuidados de larga duración para las enfermedades neurodegenerativas y crónicas.

Creo que va a codirigir el nuevo doctorado de Ciencias Sociales y Envejecimiento.

Sí, empieza el próximo mes de septiembre en tres universidades españolas y dos portuguesas. Queremos aportar desde el punto de vista científico.

¿Qué reto supone presidir la Sociedade Galega de Xerontoloxía y Xeriatría?

Es un reto grande e importante, además del reto de sustituir a Miguel Ángel Vázquez, un experto a nivel internacional. Lo voy a hacer desde toda la humildad y con un equipo muy bueno de siete personas con conocimiento y experiencia. Los retos son actualizar esta sociedad de 35 años de historia, proteger a los mayores, enseñar a envejecer, erradicar el edadismo, luchar contra la soledad anciana y fomentar la investigación. Aprender a envejecer es una necesidad que no está siendo atentida por ninguna institución pública ni privada.

Te puede interesar