LLAMADA A LA FE

"Los jóvenes tenemos que ayudar a que la Iglesia siga avanzando"

David Muñoz, trabajador de la delegación de Juventud de la Diócesis de Ourense
photo_camera David Muñoz, trabajador de la delegación de Juventud de la Diócesis de Ourense

El ourensano David Muñoz, de 25 años, es el único español invitado por la Santa Sede para participar en un encuentro internacional organizado por el Pontificio Consejo para los Laicos, que se inicia hoy en Roma.

El ourensano David Muñoz, de 25 años, es el único español invitado por la Santa Sede para participar en un encuentro internacional organizado por el Pontificio Consejo para los Laicos, que se inicia hoy en Roma y se prolongará hasta este Domingo de Ramos, día 13 de abril. En esta cita servirá para organizar la próxima Jornada Mundial de la Juventud, a celebrar en Cracovia (Polonia) en 2016.

¿Es una responsabilidad representar a un país?

Evidentemente, supone algo de responsabilidad, pero desde que supe que había sido convocado lo que más he sentido es alegría y ganas de responder a esta confianza que se ha vertido sobre mí. Ser el único español en participar en un encuentro a nivel mundial para jóvenes de todo el mundo en el que se citan unas 250 personas de casi 100 países es algo bueno, desde luego.

¿Cuál es el papel del laico dentro de la Iglesia?

Es un papel muy importante, y más si hablamos del joven laico. Hablamos de las personas que tienen que llevar en su propia vida la misión de la Iglesia que tenemos como bautizados. La Iglesia la forman los religiosos, pero cada uno tenemos nuestro ministerio, y los laicos somos, quizás, los que estamos más insertos en la vida pública, cada uno con sus respectivas circunstancias, por lo que tenemos que hacer llegar la Iglesia.

¿Y de los jóvenes?

En nosotros, los jóvenes, este papel cobra todavía más importancia. Es difícil encontrar en estos tiempos a jóvenes comprometidos no sólo con la Iglesia, sino con muchas cosas. La crisis que vivimos afecta también a los valores y crea algo de indiferencia, pero también es cierto que los jóvenes cada vez se sienten más queridos por la Iglesia; son apóstoles ellos mismos. Los jóvenes somos y seremos el corazón de la Iglesia, no sólo por nuestra energía sino porque ahora mismo somos los que tenemos que ayudar a que la Iglesia siga avanzando.

Menciona la escasez de jóvenes practicantes. ¿Cómo se lleva la juventud y la fe de modo simultáneo?

Lo llevo con mucha felicidad y alegría. El propio papa Francisco insiste mucho en el mensaje de la "alegría de la fe". Es cierto que los jóvenes son cada vez menos comprometidos con la religión, la política, los estudios... Personalmente, yo me siento llamado y me permite comprobar que todo esfuerzo tiene su merecida recompensa, lo que se demuestra con esta convocatoria. En mi entorno hay gente creyente y no creyente, pero cuando se supo esta noticia me llegaron felicitaciones de gente que nunca me lo habría imaginado, que ha reconocido mi perseverancia en el camino que he elegido.

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