Portavoz de Educación del PP en el Congreso

Juan Antonio Gómez Trinidad: ‘La crisis educativa con su falta de valores es mucho más seria que la económica’

Juan Antonio Gómez Trinidad, portavoz de Educación del grupo parlamentario del PP en el Congreso, analizó ayer la situación educativa.
¿Cuál es su valoración del sistema educativo actual?

El sistema escolar ha invadido espacios de la educación, que no es un ámbito exclusivo de la escuela. De hecho, la batalla de ‘Educación para la Ciudadanía’ se ha dado, precisamente, por interferir en ese espacio. La educación española está bastante mal y lo digo como padre, profesor y ciudadano.

¿En qué fundamenta esa afirmación?

La educación es el caldo de cultivo de la futura sociedad y si siempre ha sido importante, hoy lo es más que nunca. Entramos en una crisis económica muy seria y no podemos ser competitivos si no tenemos una juventud preparada. Los indicadores internacionales sitúan a España a la cola, con un 30% de fracaso escolar, algo que me parece de suma gravedad.

¿A qué atribuye ese porcentaje de fracaso escolar?

Ya no es sólo fracaso escolar, sino también formativo. Es un tema muy serio, porque significa que uno de cada tres alumnos terminará su etapa académica sin un título y sin la preparación suficiente. Además, el fracaso educativo es global, pues existe una extremada falta de valores. La educación es algo permanente que influye en todas las áreas sociales y aunque no quiero dar una versión pesimista, la crisis educativa es mucho más seria y profunda que la económica.

¿Tiene algo que ver la Ley de Educación?

Sin duda, la ‘educación LOGSE’ implantada desde 1990 ha dado lugar a una generación con falta de formación y apoyada en la cultura del ‘buenismo’ y el ‘facilismo’. No es concebible decirle a un alumno ‘yo te apruebo, pero ya te suspenderá la vida’, que es lo que hemos conseguido. Cuando gobernó el PP, se quiso desarrollar y cambiar la LOGSE, algo que se frenó de forma inmediata con la llegada del PSOE, que lo que hizo fue reconvertir esta ley en la LOE, haciéndola más fácil de pronunciar, nada más.

¿Existe una falta de valores?

Estamos criando a generaciones educadas con todos los derechos y ningún deber. De este modo no conseguiremos que los niños se conviertan en futuros demócratas, sino en tiranos. Lo importante es enseñar el valor del esfuerzo, a saber dar las gracias o a pedir perdón. De otro modo, sólo provocaremos frustraciones ante la primera adversidad que se encuentren en la vida.

¿Qué papel juegan los docentes en todo esto?

Si una ley educativa está basada en el ‘buenismo’ de los alumnos, la culpa siempre recaerá en el profesor y eso no se puede admitir. Del mismo modo que hay que disponer de mecanismos que permitan tomar el pulso de la enseñanza, con reválidas al pasar de ciclo para pulsar el nivel de cada centro. Es preciso recuperar el sentido común en la educación, con la implicación de los padres en esta tarea y dejando claro que los profesores son los responsables de la enseñanza, no de la educación global. El maestro ha perdido autoridad por haber confundido este término con el de ‘autoritarismo’. Desde luego que sin autoridad no es posible educar y por ello hay que hacer un esfuerzo.


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