A juicio un benefactor de la Virgen de Arcos de Carballiño por fraude fiscal

Vista exterior del Palacio de Justicia de Ourense. (Foto: Google Maps)
photo_camera Vista exterior del Palacio de Justicia de Ourense. (Foto: Google Maps)
Un vecino de Carballiño se encomendó a Santa María de Arco cuando una de las embarcaciones de su empresa naufragaba y con la tripulación. Pero esta virgen no le ayudó cuando se enfrentaba a los delitos que se le imputaban por defraudar importantes cantidades, más de 1,4 millones en 2012, 555.000 euros en 2013 y 483.000 en 2014

Durante muchos años, Florindo González y su familia fueron los auténticos protagonistas de las fiestas del 15 de agosto en Santa María de Arcos, en Carballiño. No tenían rival en las pujas para introducir a la virgen en la iglesia. La devoción a la santa por parte del patriarca venía de lejos, finales de los setenta del siglo pasado, cuando una de las embarcaciones de su empresa naufragaba y el carballiñés se encomendó a la virgen para salvar a la tripulación. Pero la de Arcos no ha librado del banquillo y una multa millonaria a uno de los hijos, Florindo González Corral, y a la empresa de clan. El inculpado y la sociedad Frigoríficos Florindo e Hijos SL tienen una cita el miércoles en la Audiencia para dar validez al acuerdo alcanzado entre el abogado del Estado, la Fiscalía y su defensa en un asunto por defraudación tributaria. En total, por tres delitos contra la Hacienda Pública, dos años de cárcel, multa del 80% de la cantidad defraudada, pérdida de la posibilidad de obtener subvenciones y multa para la sociedad mercantil.

Un acuerdo

El acuerdo fue posible porque González Corral reconoció los hechos y aflojó la cartera: cuotas al fisco y multa derivada del delito por todos los conceptos (80% de las cuotas defraudadas del impuesto de sociedades del 2021, 2013 y 2014). La Fiscalía sostiene que fue imputado por  introducir en España a través de un entramado de empresas y entidades, algunas de ellas en paraísos fiscales, dinero conseguido con la pesca ilegal de merluza negra. “Controlaba -asegura- una actividad pesquera a través de diversas empresas radicadas en Galicia” que combinaba con “una importante actividad de pesca ilegal en la zona del Pacífico sur”, en aguas cercanas a la Antártida, con la extracción de merluza negra. Tal y como recoge el acuerdo de conformidad, “la especie fue vendida irregularmente y los frutos de esta venta se introdujeron en España, en beneficio del encausado, a través de un complejo tejido de empresas y entidades bancarias situadas en el extranjero, a menudo en paraísos fiscales”. Con ello, defraudó importantes cantidades, más de 1,4 millones en 2012, 555.000 euros en 2013 y 483.000 en 2014. 

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