El jurado considera culpable al acusado del crimen del bar Novo, sin atenuantes

El jurado popular seleccionado para juzgar el crimen del bar Novo, ocurrido el 4 de febrero de 2020 en la ciudad, se pronunció a las 16,45 horas de ayer con dureza, asumiendo la tesis del ministerio fiscal y la acusación particular: una condena para Jonatan Rodríguez Padrón (40 años) por homicidio sin atenuantes de ningún tipo. El crimen le costó la vida al hostelero Evaristo Amorín, la persona que vendía cocaína al inculpado. El hostelero sólo le entregó dos de los cuatro gramos que quería por razón de deudas anteriores. El jurado, tras toda una mañana de deliberación, dio por bueno el punto uno del objeto de veredicto: “Hubo una discusión entre ambos, en el curso de la cual, como quiera que el acusado no quiso abandonar el local, como le pedía Evaristo, Jonatan lo empujó provocando su caída al suelo, donde le golpeó la cabeza con la pistola que portaba y le clavó una botella rota en el cuello, ocasionándole la sección de la vena yugular interna, que produjo una importante hemorragia y ocasionó el fallecimiento de la víctima”. La defensa había planteado la adicción a las drogas que padecía el acusado cuando ocurrieron los hechos (“movido por el mono que padecía) así como la colaboración con la Policía Nacional y el juzgado cuando fue detenido (atenuante analógica de confesión tardía). La portavoz del jurado explicó la decisión que tomaron: no se acreditó la toxicomanía con prueba documental más allá de las declaraciones del investigado y la colaboración no fue clave en la investigación. La letrada de la defensa, Begoña Vázquez, aprovechó su intervención -el momento en que a raíz del veredicto debe interesar una pena, que después fija en sentencia la magistrada ponente-, para mostrar su “perplejidad” por la decisión del jurado a la hora de no contemplar la confesión y arrepentimiento. “No lo digo yo sino todos los agentes de la UDEV que declararon en el juicio y que explicaron que Jonatan colaboró totalmente con ellos”, aseguró al abandonar el edificio judicial. La abogada también destacó que su cliente admitió que se había llevado las llaves del bar y el teléfono del hostelero para borrar posibles vestigios del crimen. Sin embargo, el jurado no lo consideró probado. El jurado sólo se mostró considerado con el inculpado a la hora de mostrarse a favor de remisión condicional de la pena si se dieran los requisitos legales. La fiscal aseguró que no se dan porque la pena por homicidio es elevada. El tribunal también rechazó por unanimidad el indulto. La fiscal reclamó los doce años de prisión con los que afrontó sus conclusiones finales y tanto la acusación particular como la defensa se adhirieron. La indemnización la fijó el 22.000 euros para cada una de sus dos hijas y la acusación particular la elevó a 40.000.