El fiscal pide tres años de cárcel, que la acusación particular eleva a nueve

Juzgado por intentar estrangular a su expareja

Guillerme Sendín se tapa la cara con las manos, sentado en el banquillo de la Audiencia. (Foto: MARTIÑO PINAL)
Guillerme Sendín reconoció ayer ante el tribunal de la Audiencia que agredió a su expareja en junio de 2012, en un episodio de violencia en el que hubo, según sus palabras, 'un conato de estrangulamiento'. El acusado, no obstante, negó que maltratara habitualmente a la mujer, con la que ya no mantenía una relación sentimental desde hacía dos años, e incluso aprovechó su turno final del juicio para, en un largo alegato, calificar a la víctima de 'extremadamente violenta'.
Sin embargo, ni el fiscal ni la acusación particular que representa a la víctima comparten su visión. Ambos retrataron al acusado como una persona que había maltratado a su pareja durante toda la relación, aunque ésta nunca lo hubiera denunciado. 'Eran hechos a los que ella no daba ninguna importancia pero que eran prototipo ejemplarizante de violencia de género', señaló el fiscal.


EL CASO

El desencadenante de la denuncia ocurrió el 20 de junio del año pasado en la vivienda de la víctima, en Allariz. Según explicaron tanto ella como el acusado, éste último se desplazó desde la ciudad a la villa para llevar a la hija de ambos al colegio. Después, subió a casa de la mujer con intención de arreglar las cosas pero, cuando 'estaba de espaldas, me cogió por el cuello' y apretó, de forma que 'yo quería llamar a la vecina pero ya no daba respirado', aseguró la víctima, que reconoció ante el tribunal que temió 'muchísimo' por su vida. Además, golpeó su cabeza contra el suelo, pero ella no lo recuerda porque perdió el conocimiento. En un momento dado, el acusado dejó de apretar el cuello de su expareja -'creo que lo hice por los niños', declaró- y llamó a la Policía Local de Allariz, reconociéndose autor de los hechos. A los agentes les llamó la atención 'su actitud sosegada y tranquila'.

Precisamente, el hecho de que cesara 'voluntariamente' en su agresión motiva que el fiscal no califique los hechos como delito de homicidio en grado de tentativa, sino como lesiones, por el que solicita una pena de un año de prisión, más otros dos por el maltrato.

La acusación particular, en cambio, considera que si el acusado desistió de la agresión fue porque 'se asustó al creer que ya la había matado', por lo que reclama nueve años de cárcel para él (dos por el maltrato). La defensa, sin embargo, niega que el acusado tuviese intención de matar y solicita para él 31 días de trabajos en beneficio de la comunidad.

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