JULIÁN PARDINAS. FISCAL DE VIOLENCIA DOMÉSTICA EN LA AUDIENCIA DE OURENSE

“La Ley debería obligar a la víctima a declarar en el juicio oral”

Julián Pardinas. (Foto: MIGUEL ÁNGEL)
El fiscal de Violencia Doméstica de la Audiencia de Ourense, Julián Pardinas asegura que 'el Código Penal tiene la sufiente dureza apra conseguir el fin que persigue, pero hay que dar oportunidades a la gente para que se rehabilite'.
El año 2009 se cerró con 477 procedimientos judiciales por violencia de género (la que se produce en el ámbito de la pareja o matrimonio), la cifra más baja desde 2003. ¿Un dato para la esperanza?

Nos estamos moviendo en torno a los 500 procedimientos anuales en el ámbito de la violencia de género; pueden subir 30 arriba o 30 abajo, dependiendo del funcionamiento del juzgado en un momento determinado. Desgraciadamente, aún no podemos destacar una bajada .

En ese periodo hubo una víctima mortal, Laura Alonso. Su muerte abrió un debate social sobre el endurecimiento de las penas. ¿Cree que debe ser así?

Soy partidario de que las penas se cumplan. Pienso que el Código Penal tiene la suficiente dureza para conseguir el fin que persigue pero hay que dar oportunidad a que la gente se rehabilite. Si la sociedad estima que no debe ser así, tiene la opción de votar conforme al partido político que lo recoja en su ideario.

¿La negativa de las víctimas a declarar en el juicio sigue complicando el trabajo del fiscal?

Es el eterno problema. La fiscal de sala del Tribunal Supremo Soledad Cazorla ha solicitado en numerosas ocasiones la modificación del artículo 416 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal. La pedimos a gritos desde todos los ámbitos jurídicos porque nos encontramos con la falta de colaboración de la víctima en un momento determinado. Se presenta la denuncia y, si el juicio se celebra a medio plazo, puede que incluso mantenga su intención inicial, pero es frecuente que se acoja a ese artículo, que le otorga la potestad de no declarar en acto de juicio oral. Pero ocurre que estamos ante delitos invisibles que se producen en el ámbito de la intimidad del hogar y la declaración de la víctima es esencial para conseguir una sentencia condenatoria. Para el fiscal hay dos instrumentos fundamentales: la ley y la prueba. Y ojo, porque se ha modificado la LEC y este precepto (416) persiste .

Se han duplicado los expedientes de reforma por violencia familiar y de género. ¿Quiere decir que tenemos maltratadores cada vez más jóvenes?

Indudablemente, mucha gente acude a la Fiscalía, en el ámbito de la familia, para demandar ayuda. Es un problema, sobre todo, de violencia familiar más que de género. Son padres a los que el problema les sobrepasa y demandan nuestra ayuda. Creo que la labor de la Fiscalía está siendo muy eficaz y de ahí ese incremento. Uno de los requisitos para intentar resolver ese problema es denunciar.

Pero que personas tan jóvenes agredan a sus padres es cuando menos preocupante

La sociedad,lamentablemente, cada vez es más violenta y eso los estamos viendo en todo tipo de procedimientos penales.

A usted le llama la atención el binomio alcohol-violencia

Observo, desde 1998, en los atestados que hay un componente alcohólico en muchísimos casos. Pero no tengo un estudio sociológico sobre su influencia y tampoco en el juicio queda acreditado como circunstancia modificativa de la responsabilidad criminal.

¿Son los jueces más sensibles a las órdenes de protección?

Los jueces, los fiscales, las fuerzas de seguridad y la sociedad en general.

Pero se siguen denegando...

El pasado año se denegaron 55 de 210. La orden requiere la comisión del delito y una situación objetiva de riesgo. Puede concurrir uno de los elementos y no el otro. De todas formas, no es un número significativo.

Ha destacado alguna vez los problemas para que los condenados se sometan a programas rehabilitadores. ¿Persiste este déficit?

Efectivamente, en Galicia teníamos un problema muy importante, porque el programa para autores de delitos de violencia de género se imparte en A Estrada a través de52 sesiones. No obstante, desde Instituciones Penitenciarias se habilitaron otros recursos. También estamos buscando programas externos.

¿Un maltratador puede rehabilitarse?

Esa pregunta habría que hacérselas a especialistas. Como cualquier delincuente, dependerá de la persona.

Se lo pregunto porque hay especialistas que hablan de una tendencia innata...

Innata es una palabra demasiada fuerte. La violencia también se aprende. Por ejemplo, una persona que ha convivido en ambientes violentos desde la infancia tiene menos posibilidades de rehabilitarse.

¿Cómo es la colaboración con las fuerzas de seguridad?

Magnífica. Todo el mundo está muy sensibilizado, incluidas las personas que desde la Subdelegación del Gobierno coordinan estos dispositivos.

El Juzgado número 3, al que usted está asignado, está colapsado desde la división de jurisdicciones. ¿Qué opina de ello?

Hablamos de 2.500 procedimientos pendientes. Ya cuando se hizo la división, hubo un mal reparto de asuntos en los tres de instrucción que quedaron en Ourense. El número 3, además de asumir la violencia de género, salvo de querellas, no fue prácticamente liberado . La violencia de género, aunque jurídicamente no plantea grandes problemas ,requiere un tiempo importante: cada orden de protección (una cada dos días) exige recibir declaración dos horas de cada mañana. Eso va en detrimento del resto de papel que se acumula. Ni jueces ni fiscales tenemos el don de la ubicuidad.

¿Cree que no hay voluntad política para crear un juzgado específico de violencia sexista?

Entiendo el razonamiento del Gobierno de que no hay asuntos suficientes para crear un juzgado específico, aunque sería más que opinable si se comarcalizan estos delitos. Pero es que a lo mejor es necesario un cuarto juzgado de instrucción que pueda descargar el gran número de procedimientos pendientes en el 3 y también en el 1.

En 2008, prescribieron 20 delitos, alguno con importantes responsabilidades civiles, ¿cómo se le explica al ciudadano?

Es grave, máxime si tenemos en cuenta que esos procedimientos estaban ya calificados y sólo quedaba remitirlos al penal.

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