Hay empresas que aprovechan el mayor caudal que llega a la EDAR para deshacerse de sustancias contaminantes

Las lluvias solapan el vertido de espumas a la depuradora de San Cibrao

Las espumas que han aparecido en los últimos días en el río Barbaña cuestionaron la depuradora de aguas residuales de San Cibrao en tanto que el punto de vertido, como sucedió ya en otras ocasiones, se situó por parte de los técnicos de la Confederación Hidrográfica en esa instalación. De hecho, la apertura de los expedientes sancionadores recaen sobre las arcas de ese Concello en calidad de titular de la EDAR, aunque su gestión la asuma Espina y Delfín.
Pero las espumas, según reconocen los responsables de la instalación, son más habituales de lo que cabría pensar, máxime desde hace dos años. Sobre todo en días de lluvia como el de ayer, en el que a las 11 de la mañana el caudal de entrada era de 700.080 litros por hora (está diseñada para un promedio de 550.000). Alguna empresa aprovecha el mayor caudal que circula por la red de saneamiento para deshacerse de sustancias (detergentes, aceites...) que a priori no debieran discurrir por las tuberías, ya que exceden los parámetros autorizados, pero con las precipitaciones se camuflan mejor.

La depuradora no dispone de ningún mecanismo específico para poder deshacerse de vertidos tóxicos descontrolados que, según valora el ingeniero industrial responsable de la misma, Enrique Iglesias, no les debieran llegar. Hace quince días, le entrada masiva de aceite puso en jaque la instalación, ya que tupió los filtros de sólidos y se desbordó por dentro del recinto. Este tipo de incidencias no son baladís porque si no se frenan pueden llegar a matar la fauna biológica, el alma mater del proceso depurativo ya que son las bacterias y microorganismos que limpian las aguas de residuos (se alimentan de ellos).

La EDAR de San Cibrao, que se inauguró en julio de 1997, está acondicionada para dar cobertura a una población asimilable de 55.000 habitantes, valora el jefe de servicio Enrique Iglesias. De hecho, asume todas las aguas residuales de los polígonos de Pereiro de Aguiar, San Cibrao, Barreiros y el Parque Tecnológico, además de todo el núcleo del municipio de San Cibrao y las fosas sépticas de Pereiro (en este caso se recoge en camiones).

Las empresas de los recintos industriales para realizar vertidos al alcantarillado tienen que solicitar una autorización municipal, en la que se establecen unos máximos de compuestos contaminantes. En el caso de que se rebasen, las empresas debieran poseer sus propios sistemas de depuración para segregar las sustancias tóxicas que desembocan en la red .

Los aceites industriales son una de las sustancias tóxicas con mayor presencia en los residuos que tratan en San Cibrao. Llenan un contenedor de 10 metros cúbicos al mes, cuya gestión le genera a Espina y Delfín un desembolso de 2.500 euros.

La depuradora fue sometida a una rigurosa inspección el pasado año con motivo de la mortandad de 17.000 peces tras un vertido industrial de amonio y cloruro que no frenó (si ignora que le van a entrar determinadas sustancias en cantidades masivas no puede actuar específicamente contra ellas). Como resultado de ese control, tuvo que incorporar un phchímetro para detectar alteraciones en la acidez o alcalinidad del agua que le entra, como posible indicador de anormalidades.

Te puede interesar