DEVOCIÓN

La luz de la Virgen de Fátima iluminó las calles de la ciudad

La procesión de las antorchas volvió a congregar a miles de devotos entre O Couto y la Catedral

La devoción a la Virgen de Fátima volvió a congregar ayer a miles de fieles que, un año más, quisieron acompañarla bajo la luz de las antorchas en su recorrido desde el santuario de O Couto hasta la Catedral. La procesión, la más multitudinaria de las que se registran cada año en la ciudad, convirtió en un hervidero de gente la calle Ervedelo ya casi una hora antes de que la Virgen saliese del templo.

Como es tradición, la salida de la imagen del santuario fue recibida con una lluvia de pétalos de flores, que inundó los alrededores de la Virgen. Mientras, los devotos cantaban el himno "El 13 de mayo la Virgen María bajó de los cielos a Cova de Iría..." con el que recuerdan las apariciones marianas en la localidad portuguesa de Fátima.

Los fieles, portando velas y transistores para seguir por la radio los cánticos y rezos de la procesión, iniciaban así un lento recorrido por las calles Ervedelo, Progreso, Cruz Roja, Lamas Carvajal y Praza Santa Eufemia hasta llegar a la Catedral, donde el obispo, Leonardo Lemos, ofició una misa en su honor en su día grande.

Hasta allí llegó precedida por una cruz de grandes dimensiones y los estandartes que reflejan los 20 misterios del rosario -de gloria, dolor, gozo y luz-, haciéndose un hueco entre los numerosos fieles y los sacerdotes que la acompañaban en su recorrido. Al finalizar, la imagen regresó a su santuario en O Couto, seguida en esta ocasión por un número muy inferior de fieles.

La procesión de Fátima consigue reunir cada año a devotos que proceden de todas partes de la ciudad e incluso de la provincia. Cada persona, con sus motivos personales, acude a dar gracias a la Virgen o a pedir su intercesión, como hacen ya numerosos devotos durante todos los días que dura la novena en su honor.

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