Entrevista

Martinón: “Al elegir vacuna, la población asume una responsabilidad sin estar preparada"

El doctor Federico Martinón.
photo_camera El doctor Federico Martinón.
Es el coordinador del centro de la OMS en seguridad vacunal

La campaña de vacunación contra el covid-19 ha estado marcada por las decisiones sobre el empleo de AstraZeneca. Al principio estaba prescrita para menores de 55 y, finalmente, se restringió a personas de 60 a 69 años. Las vacunados con la primera dosis fuera de este último rango de edad -unos 10.000 ourensanos- viven desde hace semanas con dudas sobre cómo se les inoculara la segunda. Esta misma semana, el Ministerio de Sanidad acordó que tendrán la posibilidad elegir entre Pfizer o AstraZeneca para completar su inmunización.

Federico Martinón-Torres, coordinador del centro de la OMS en seguridad vacunal, defendió en todo momento que se administrasen segundas dosis de AstraZeneca, la opción preferente de Sanidade para los gallegos que recibiesen esta vacuna.

Los expertos siempre han defendido la segunda dosis de AstraZeneca y Sanidade le dará preferencia. ¿Es la solución más coherente? 

Sí. Es lo más sencillo y lógico, de lo que disponemos más datos. La más coherente parece que es completar la pauta de vacunación con la misma dosis con la que se inició, que, además, es lo que dice la Agencia Europa del Medicamento (EMA), la Organización Mundial del Salud (OMS) y lo que están haciendo la mayoría de los países del mundo.

¿Está la población preparada para poder elegir qué vacuna quieren para su segunda dosis? 

Yo no creo que la población esté preparada para tomar esa decisión porque se basa en criterio técnicos y estamos viendo que ni los propios expertos se ponen de acuerdo. Por tanto, me parece que es trasladarles una responsabilidad que van a tener que asumir en función de unos aspectos en los que no tienen una formación para ponderar los criterios de cada una de las opciones. Yo creo que hay que seguir es la ficha técnica de las vacunas aprobada por la EMA y, mientras eso se haga, todo estará bien. Lo que tenemos que transmitir es que se vacune cuanto antes a todo el mundo. Es lo importante y el verdadero drama de esta situación, con los casi dos millones de dosis en las neveras que se traducirían en personas vacunadas.

¿Ambas opciones son igual de seguras para los pacientes?

A priori, el riesgo de la combinación de vacunas desde un punto de vista técnico es mínimo. Sin duda, tenemos muchas más información sobre la seguridad de la pauta de vacunación completa con AstraZeneca que sobre una mezcla de vacunas. Tenemos a millones de personas en el mundo que se han puesto las dos dosis de AstraZeneca frente a unos cuantos de cientos que las recibieron combinadas.  Técnicamente, la probabilidad de que haya un problema de seguridad es muy baja. Si nos basamos en hechos y no en previsiones, avalan la seguridad de la pauta completa con la misma vacuna.

¿Cree que el estudio del Instituto Carlos III con 400 personas inyectadas con Pfizer es suficiente para determinar la fiabilidad?

Es un estudio interesante y pertinente, como todos los que analizan la intercambiabilidad de productos vacunales. Disponer de estas opciones son de ayuda en caso de tener una rotura de suministro o por si en un momento determinado tenemos que administrar nuevos antígenos con vacunas diferentes, sabiendo cómo se comportan. Ahora bien, ese estudio no sirve para justificar que dejemos de administrar o de completar las pautas con AstraZeneca. Los datos que arroje serán interesantes, pero no serviría para contestar a esta pregunta.

Muchos de los vacunados con AstraZeneca ya han superado las 12 semanas previstas para la segunda dosis. ¿Puede afectar a la efectividad?

No. Yo les transmitiría un mensaje de tranquilidad. Cuando se alarga el intervalo entre dosis de vacunas, el efecto de la primera dosis no se pierde e incluso el efecto de la segunda puede ser mejor. Si se hace excesivamente, no se puede garantizar que esa persona esté protegida en el periodo entre ambas vacunas. Por los datos que vamos aprendiendo, la protección con una dosis de AstraZeneca ya puede ser bastante elevada.

El ritmo de vacunación se ha incrementado en las últimas semanas. ¿Se podrá llegar a la meta de la inmunidad de rebaño para el mes de agosto?

Realmente no lo sé. Vemos que hay una gran variabilidad con problemas de suministro o con decisiones que ralentizan el proceso. Aunque se vacune a todos los que están previstos hasta agosto, es difícil alcanzar la inmunidad de rebaño tan pronto porque quedará un sector importante de la población sin vacunar como son los niños, que suponen el 25% de la población mundial. 

¿La liberación de las patentes podría ayudar a acelerar el proceso?

Liberar las patentes sin más no va a solucionar nada. Hacer una vacuna es algo tremendamente complejo, no es la receta de cocina que más o menos me sale igual. Se deben superar los cientos de controles de calidad necesarios y, para que tengamos una idea, en España solo tres empresas son capaces de envasar vacunas y solo una las fabrica, que es la gallega. Te pueden dar la patente, pero luego no estamos preparados. Se precisa transferir también la tecnología y las personas capacitadas para hacer las vacunas. 

Respecto a los próximos meses, ¿considera oportuno que este verano se pueda aliviar el uso de la mascarilla al aire libre?

Tenemos que convivir con la vacunación y con otras medidas. Esa combinación puede variar según la situación epidemiológica, pero debemos pensar que la pandemia no se va a terminar hasta que la última persona en el mundo esté vacunada. Aunque estemos protegidos y el virus siga evolucionando en los infectados, sea en el país que sea, puede mutar y hacerse resistente y que volvamos a empezar. No podemos relajarnos en exceso, pero algunas medidas se pueden ir rebajando con cautela.

Teniendo en cuenta que una persona que ya ha completado su pauta puede contagiarse y contagiar, ¿ve correcto que se facilite la entrada al país a inmunizados sin una PCR negativa?

Por lo que estamos viendo, las personas inmunizadas tienen capacidad de contagiarse y de contagiar, aunque de una forma menor. Los datos demuestran que los efectos se reducen la infección grave o mortal. La capacidad de transmisión es algo que todavía no está muy claro, por lo que se debe establecer algún sistema de control. El ejemplo son las variantes que surgidas en determinados países y que circulan por el mundo. De momento, ninguna parece ser realmente peligrosa, pero puede llegar una que sí lo sea y debemos protegernos con controles sanitarios y minimizar los riesgos de su entrada.

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