Más de 400 propiedades languidecen en el casco histórico de Ourense esperando uso

Según datos oficiales del Concello de Ourense, el pasado año habitaban en el casco histórico 4.145 personas, 1.500 menos de los que residían hace ocho años. En el ámbito urbanístico están fichados 1.060 edificios, 3.170 viviendas y 1.345 garajes. La sangría es evidente, a la luz de la información de la institución local y la reacción no estará para pronto. A juzgar por los datos del sector inmobiliario, si no se está vaciando, al menos no se percibe interés por vivir o abrir un negocio en la zona. Al cruzar los datos de varias empresas del sector salen cifras como las siguientes: hay 22 edificios a la venta en el casco histórico, 90 viviendas en alquiler, 176 a la venta, 82 locales comerciales en alquiler y 49 a la venta. "Nadie quiere montar un negocio en el casco histórico en estos momentos", afirma María Álvarez, de Inmobiliaria Centro. "No hay interés para abrir un local comercial", secunda Jorge Fernández, de Inmobiliaria Metrópole. Más allá de la ubicación para un negocio, la zona ha perdido interés también para ganar habitantes. "No es para la mayoría, es para gente que quiere vivir allí", subraya Óscar Rodríguez, de Sila Inmobiliaria. "Padece el mismo decaimiento general de la ciudad", agrega Manuel Calviño, de Inmobiliaria Maya. El espacio aparece degradado, proliferan edificaciones en ruina y la rehabilitación es "una opción muy cara", como advierte María Álvarez. Los fondos del Plan Urban, concedidos por la Unión Europea hace un par de décadas, permitieron la recuperación de importantes espacios en la zona antigua de la ciudad. Sin embargo hoy la velocidad de rehabilitación parece haber cedido, a pesar de que todavía hay ayudas públicas. La Xunta presentaba en marzo ayudas de hasta 15.000 euros para financiar la adquisición de una vivienda ya construida (ya sea nueva, usada o necesite de rehabilitación) localizada en uno de los cascos históricos gallegos, Ourense entre ellos. El gobierno local está con los trabajos previos al nuevo Plan Especial de Reforma Interior del Casco Histórico (PERI), pero la iniciativa ya viene del mandato anterior sin que haya fecha de aprobación. Los operadores inmobiliarios testan un mercado cada vez más esquivo. José Fernández percibe que en los últimos años "sí se ha orientado alguna actividad a la vivienda turística", pero ve que la zona carece de elementos básicos como aparcamientos o el ascensor en algunas edificaciones. Otro de los déficits es la tipología de vivienda, pequeña "y pensada para gente joven, parejas, pero que ya no es práctica para familias", apostilla María Álvarez. La rehabilitación, otra de las herramientas para recuperar el espacio es costosa "y aún por encima hay muchas casas que están sin registrar, suelen ser antiguas y hace falta una inversión importante", reconoce Óscar Rodríguez. Estas y otras dificultades son lastres en Ourense, pero no en otras ciudades. Manuel Calviño indica que "en algunas ciudades sus cascos históricos son un encanto, aquí salvo alguna calle y determinados edificios interesantes, la mayoría tienen importantes carencias. Coinciden todos en el que casco histórico necesita un rescate, limpieza y cuidados. Mientras, los carteles de se vende siguen proliferando. Hay pisos por 30.000 euros y edificios por 2,3 millones. En la variedad está el gusto, pero siguen esperando una nueva vida. Pendientes de convertir los bajos en viviendas En la ciudad hay más de 2.000 bajos y locales vacíos, según datos que maneja la Asociación de Propietarios de Fincas Urbanas de Ourense. El interés comercial de este tipo de dotaciones es escaso a juzgar por la escasa demanda y el colectivo que preside Pedro Seara recuerda que "hace ya tiempo solicitamos al Concello de Ourense que incluya en la normativa urbanística que se permita usarlos como vivienda, pero no ha sido posible". En otras ciudades, algunos bajos son aprovechados para vivienda, una circunstancia que en la ciudad no se da "y así están bajos, incluso entreplantas sin poder habitarse", lamenta Seara. En la zona antigua de la ciudad ha ido cerrando "un tipo de comercio pequeño, que le daba vida y mucha personalidad al casco histórico, incluso como atractivo turístico", señala Jorge Fernández de la Inmobliaria Metrópole. Coincidiendo con esa apreciación, María Álvarez, de Inmobiliaria Centro aporta otra reflexión: "Lo básico para que un negocio prospere es que pase la gente por delante y, salvo alguna calle, en la parte antigua de la ciudad se está perdiendo atractivo". El silencio sigue ganando terreno. Y no es por la peatonalización, porque coches siguen pasando. Las cifras 1.500 - Es el número de habitantes que ha perdido el casco histórico de la ciudad desde el año 2012. 1996 - Es la fecha en la que se aprobó el vigente Plan Especial de Reforma Interior de la zona. El Concello anunció una nueva normativa en varias ocasiones, pero el planeamiento nuevo está por hacer. 22 - Es el número de edificios que está a la venta en la zona antigua de la ciudad. El envejecimiento de estas construcciones es una amenaza. Algunos superan los dos millones de euros. 130 - Es el número de locales comerciales que están a la venta o en alquiler en la zona.